El volumen de las exportaciones nacionales de piña se redujo en un 11% este año, como consecuencia de la salida de 500 pequeños productores y un exceso de lluvia desde julio del 2014 en las zonas norte y del Caribe.
La quiebra de pequeños piñeros generó la caída de unas 5.000 hectáreas en el área de siembra de esa fruta en Costa Rica.
Los altos costos de producción, la estabilidad en el valor del dólar, la falta de competitividad y el clima excesivamente lluvioso, no hicieron sostenible la producción de piña en pequeñas áreas, aseguran Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), y Fernando Vargas, director del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en la Región Huetar Norte.
Quienes salieron de cultivar piña se devolvieron a raíces y tubérculos, ganadería de doble propósito y pimienta, principalmente, explicó Vargas.
Impacto. Según los datos de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), el valor de las exportaciones piñeras cayó de $529 millones en los primeros siete meses del 2014 a $479 millones en igual periodo del 2015.
El volumen también se afectó, pues bajó de 1,25 millones de toneladas entre enero y julio del 2014 a 1,11 millones de toneladas en el mismo lapso de este año.
Chaves y Vargas aseguraron, por separado, que hace dos años, el área sembrada llegó a un pico de 45.000 hectáreas. Con la salida de unos 500 pequeños productores, agregaron, se bajó a unas 38.000 hectáreas actualmente.
Esa cifra de área coincide con los datos del VI Censo Nacional Agropecuario, según el cual hay 37.659 hectáreas de piña.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) explicó que todavía no se han publicado los datos sobre cantidad de productores por cada actividad.
Los datos por finca del Censo indican que un 91% del área total de piña (34.311 hectáreas de las 37.659 totales) se concentra en fincas con más de 100 hectáreas.
Esas fincas de piña son apenas 108 de las 1.228 cultivadas. Las otras 1.120 tienen una extensión menor.
Vargas y Chaves coinciden en que los problemas del sector no son generalizados, sino de una parte de los productores.
La piña es, por ingreso, el segundo producto de exportación agrícola de Costa Rica, solo por detrás del banano. En el 2014, generó $865 millones frente a $905 millones de ventas bananeras, de acuerdo con Procomer. Los piñeros emplean a 27.000 personas.
Seguirá. Canapep estima que la reducción en las exportaciones se mantendrá al menos hasta la mitad del 2016. Eso, porque una recuperación esperada en áreas se sentirá luego de un año de la siembra de cultivos nuevos.
Además, la recuperación de área y de producción será lenta. Vargas recordó que entre el 2000 y el 2006 hubo un crecimiento muy fuerte, lapso en el cual productores de otros cultivos se cambiaron a piña. Incluso, algunos que nunca fueron agricultores ingresaron a la actividad.
La rentabilidad –añadió– era de entre 80% y 100% por hectárea, lo cual elevó el atractivo. Surgieron empresarios dedicados a comprar, empacar y exportar la fruta; había compradores.
Sin embargo, la crisis del 2008, continuó Vargas, cambió el panorama: la demanda bajó y los pequeños descuidaron las fincas. Además, dejaron de pagar deudas, lo cual llevó a la creación de un fideicomiso en el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) para comprar esos montos.
En el futuro se espera un repunte en piña para jugo, en piña orgánica y en fruta de comercio justo. Por eso, el Instituto Nacional de Seguros y la Asociación Costarricense de Organizaciones para el Desarrollo (Acorde) abrieron créditos para financiar la reconversión de los pequeños.