
Costa Rica es un ejemplo en Latinoamérica por su avance en el campo de la agricultura orgánica, pues hay grupos que realizan toda la cadena, desde la producción hasta la comercialización de los productos.
Así lo expresó el especialista japonés en ese campo, Yamaguchi Hiroyuki, quien vino a Costa Rica a impartir un taller latinoamericano acerca de las prácticas en ese campo.
Según Hiroyuki, el principal factor para poner a a la agricultura orgánica costarricense como ejemplo es que hay grupos organizados, en cooperativas y de otras maneras, que lograron pasar de una práctica individual a la comercial.
Esas agrupaciones, agregó, realizan también toda la cadena, pues hacen la producción, el acopio, el transporte y hasta la comercialización de los productos.
La escogencia del país para la realización del taller obedece especialmente a eso. En territorio costarricense es posible ver, señaló, desde las buenas prácticas de producción, pasando por bueno sistemas de manejo, hasta la venta final.
Un lugar donde hay muy buenos ejemplos de ese tipo es el cantón de Zarcero, en Alajuela, dijo el experto de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés).
Japón realiza talleres de este tipo en diferentes países de varios continentes. Son parte de programas de JICA tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas en diversas regiones, informó Hiroyuki.
En Costa Rica, sin embargo, el sector enfrenta un problema con la creciente competencia desleal, pues se venden productos en cocheras y en diversos lugares como orgánicos sin tener certificación, advirtió Mayra López, presidenta de la Asociación de Productores y Consumidores Orgánicos de Costa Rica (Aproco) y administradora de la feria El Trueque.
A seguir. Según JICA el taller –realizado la semana pasada– fue sobre metodologías de extensión en las técnicas de agricultura orgánica para pequeños productores de América Latina, ya que se considera a Costa Rica como un modelo a seguir.
El Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), ente encargado del control de esa agricultura, tenía registradas y acreditadas 11.055 hectáreas en el 2015.
Los cultivos orgánicos con mayor volumen de producción son piña, banano y azúcar, particularmente destinados para mercados externos. También se cultiva papaya, noni, café y cacao, así como hortalizas para el mercado nacional, según el SFE.
De acuerdo con Hiroyuki, la sostenibilidad del movimiento orgánico, tanto en Costa Rica como en el mundo, pasa porque el consumidor entienda que protege al ambiente y al planeta en general. Dijo que esta concientización se logra especialmente mostrando a los consumidores como se realiza esta producción.
Considera que el movimiento se sostendrá porque muchos consumidores están dispuestos a pagar un poco más por productos sanos para ellos y para el ambiente, y porque se enfocará en la producción en pequeña escala con pequeños agricultores.