San José.
El fenómeno El Niño que actualmente azota a Centroamérica puede incrementarse y convertirse en el mayor desde 1997, elevando la sequía en la faja del Pacífico y el exceso de las lluvias en el Caribe en lo que resta del 2015 e inicios del 2016, según la opinión de especialistas reunidos en el Foro Climático de América Central, efectuado en Honduras.
De acuerdo con los especialistas en meteorología, hidrología y agricultura, la región debe prepararse y tomar tomar medidas de prevención y mitigación para resguardar al sector agrícola.
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El foro de expertos fue organizado por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (Secac), gestionada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Según un informe elaborado por los especialistas, elaborado por los expertos, Centroamérica continuará enfrentando condiciones muy secas especialmente en el litoral Pacífico, desde el oriente de El Salvador hasta Panamá, o con exceso de lluvias, como en algunas zonas del litoral Caribe sur centroamericano y parte del litoral Pacífico guatemalteco.
La situación afectará los cultivos de subsistencia en la región, como maís y frijoles, así como a actividades comerciales, como la ganadería, el café y las frutas.
La ganadería continuará siendo afectada por la escasez de agua y de pasto, explicó la consultora de la SECAC, Nadia Chalabi. Mientras, agregó, la producción frutícola y de café podrían experimentar alteraciones de floración por las temperaturas altas.
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En Costa Rica, el fenomeno de El Niño afecta a la agricultura desde mayo del 2014, tanto que el Gobierno emitió un decreto de emergencia a finales de setiembre del año pasado, para facilitar el uso de recursos en apoyo a las actividades agropecuarias.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) advirtió de que a junio de este año se intensificaría el fenómeno en territorio nacional.
En tanto, el informe centroamericano indica que algunas zonas de Costa Rica y de Panamá podrían presentar abundantes lluvias e inundaciones que podrían impactar la producción y el comercio de cultivos perecederos como banano, papaya y hortalizas.