El Banco de Costa Rica (BCR) refinanció deudas de la Compañía Inversionista Las Brisas pese a tenerla catalogada como un cliente de 'alta morosidad'.
Así se detalla en el expediente del préstamo por $30,8 millones aprobado por la Comisión de Crédito del BCR en la reunión 11-14 del 18 y 19 de marzo del 2014, del cual tiene copia La Nación.
Según el documento, al momento de avalar la nueva operación, la empresa estaba catalogada como un deudor categoría C.
Esto quiere decir que la compañía presentaba un atraso de hasta 90 días en el pago de los préstamos con el banco público, según lo establece el Reglamento para la Calificación de Deudores de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
El préstamo avalado por el BCR se hizo para cancelar una operación de crédito del 2010, con el mismo Banco por $20,3 millones, y a proveedores de la firma desarrolladora del Parque Industrial y Zona Franca Hacienda San Rafael, ubicado en Desamparados.
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"La firma deudora se encuentra calificada como C (...) con la presente adecuación se espera aumentar la probabilidad de recuperación de las operaciones de la firma a favor del BCR, y por lo tanto, que mejore la posición de éste en lo que a riesgo crediticio se refiere", argumentó la entidad pública.
El financiamiento se otorgó por un plazo de 15 años y cuenta como garantía cuatro fincas, los derechos económicos de los contratos de arrendamiento, así como maquinaria.
"Debemos aclarar que el Banco ha cumplido con las regulaciones prudenciales emitidas por la Sugef en esta materia", afirmó la entidad mediante un mensaje remitido por su Oficina de Prensa.
La entidad argumentó que la operación cuenta con un expediente de seguimiento, en el cual constan las actividades llevadas a cabo por el banco hacia el cliente.
Actualmente esta operación es investigada por supuestos delitos de tráfico de influencias y estafa, así lo confirmó el Ministerio Público a este diario el pasado 9 de octubre.
La denuncia se presentó ante la Fiscalía, en enero anterior, y está en el proceso de recolección y análisis de prueba.
Señalamientos
La readecuación de las deudas de la compañía, propiedad del empresario Gaspar Ortuño, se estructuró debido a dificultades de liquidez de la deudora.
En el análisis financiero hecho por BCR a la Compañía Inversionista Las Brisas se concluyó que las dificultades del cliente comenzaron a partir del 2011.
Ese año la empresa tenía un alto grado de seguridad de concretar un contrato de alquiler de bodegas con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por la suma de $205.000 al mes.
Al final el negocio no se concretó y provocó una falta de ingreso, detalla en el expediente de la Comisión de Crédito, el cual tiene copia La Nación.
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"El segundo efecto negativo, fue el incremento de las cuotas del BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica), así como el inicio de pago de amortización de la operación con el BCR por $20,3 millones", argumentó el banco público en marzo del 2014.
Otro de los problemas sufridos por la deudora –recalca el banco– fue que el proveedor Arquitectura e Ingeniería S.A. (AISA) solicitó un embargo a las propiedades del fideicomiso de garantía del financiamiento del BCR y el BCIE.
Tal situación generó un desajuste en el flujo de caja de la Compañía Inversionista Las Brisas por un plazo de casi ocho meses.
Precisamente Jorge Mario Marín, abogado de AISA, fue quien presentó la demanda penal contra la compañía administradora de la zona franca.