El Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) cierra este viernes sus operaciones de depósitos y créditos con el público, pero después de dar este paso todavía tiene por delante un largo camino que recorrer hasta llegar a convertirse en una institución de fomento.
Primero debe dejar en cero todas las cuentas de los depositantes. Gerardo Porras, gerente de la entidad, informó de que al jueves 13 de julio, los depositantes han retirado unos ¢37.000 millones de las cuentas corrientes y de ahorros en colones, y $27 millones de las cuentas de ahorro y cuentas corrientes en dólares.
No obstante, aún queda un saldo pendiente en estas cuentas de unos ¢8.000 millones y $4 millones.
Gina Ampié, directiva del Banco, añadió que se trata de saldos pequeños de ¢2.000 o ¢1.300 colones, por ejemplo, pero que deben liquidar completamente.
“El dinero de las cuentas corrientes y de ahorros que no sean retirados al cese de la intermediación financiera, irán a un fideicomiso en un banco del Estado; todavía no está definido cuál. Esos fondos estarán disponibles cuando el cliente los requiera”, explicó Porras.
Javier Cascante, superintendente general de Entidades Financieras, aclaró que la Superintendencia sigue ejecutando su supervisión hasta tanto estén cancelados los pasivos de la entidad, es decir, todo lo que se le deba al público.
Los créditos
Con los créditos también hay una tarea pendiente. Actualmente se está en negociación con varias entidades financieras públicas y privadas para la venta de la cartera.
“A quienes mantienen préstamos con nosotros, sean personas físicas o jurídicas, se les va a estar informando personalmente en cuál institución financiera tendrán que seguir pagando sus créditos”, detalló Porras.
Según Ampié ya se han vendido cerca de ¢45.000 millones en cartera de crédito y al 31 de julio debe estar cerrado este capítulo.
No obstante, los créditos que tienen problemas de pago posiblemente no se vendan. Con ellos se hará otro fideicomiso que continuará con la labor de cobro.
Bancrédito afronta un deterioro financiero, que se hizo más evidente el año pasado, cuando tuvo una caída de sus ganancias, por tres créditos que tuvieron problemas de pago. El Gobierno anunció, el 26 de mayo pasado, el cierre de la operación comercial.
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Desde el año 1978 la entidad ha enfrentado varios capítulos de dificultades en los cuales le han ayudado otras instituciones.
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Los trabajadores
Respecto a los trabajadores, Porras informó de que 285 colaboradores ligados al área comercial ya recibieron la notificación de que laborarán hasta el 31 de julio. A todos se les reconocerá la cesantía con todos los años laborados.
“Se prevé un segundo grupo de 275 colaboradores, aproximadamente, quienes serán desvinculados a finales de agosto”, dijo Porras.
Ampié comentó que después del 14 de julio los funcionarios del área comercial se mantendrán hasta el 31 de julio revisando las operaciones pendientes, haciendo informes de salida, recogiendo inventarios y entregando sus claves, entre otros.
Para la nueva estructura de banca de fomento, Porras explicó que se proyecta tener unos 125 funcionarios.
La Junta Directiva de Bancrédito contrató al exbanquero William Hayden para asesorar el proceso de reformulación de la institución financiera y una de sus tareas es proponer la estructura organizativa necesaria para el nuevo objetivo de la entidad.
Sobre la posibilidad de que una institución pública adquiera las agencias de Pacayas y Tierra Blanca y recontrate a los trabajadores, Porras explicó que dichas agencias se alquilan y que el tema aún no se ha definido.
El proyecto de ley
Otra tarea pendiente es la presentación del proyecto de ley a la Asamblea Legislativa para transformar a Bancrédito en una institución de fomento, de segundo piso, focalizado en micro, pequeñas y medianas empresas, y en desarrollo de obra pública.
Ampié explicó que la Junta Directiva revisó una versión del proyecto, la cual se envió al Consejo de Gobierno, pero aún no se ha devuelto.
La Nación consultó sobre el avance del plan en Casa Presidencial, pero al cierre de esta información no se había obtenido respuesta.
Si bien el proyecto de ley todavía no ha llegado a la Asamblea Legislativa ya existe el temor de que la nueva institución involucre al Sistema de Banca para el Desarrollo que apoya actualmente a micro, pequeñas y medianas empresas.
Enrique Egloff, miembro del consejo rector del Sistema de Banca para el Desarrollo, explicó que todavía no conocen en detalle el proyecto de ley, pero sí están preocupados.
“Mantenemos nuestra posición y preocupación sobre el tema relacionado con la posibilidad de que Bancrédito, a través del proyecto de ley, se convierta en una iniciativa que venga a complicar el Sistema de Banca para el Desarrollo que está operando bajo la reforma de la ley y que lo está haciendo bien”, comentó Egloff.