El gasto que hacen los bancos públicos en sus planillas evita que estas instituciones puedan mejorar su nivel de eficiencia.
A noviembre pasado y según el indicador de eficiencia elaborado por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), la banca pública obtuvo un resultado promedio del 74%. Eso la colocó 10 puntos porcentuales por encima de la media del Sistema Financiero Nacional (SFN).
Para llegar a estos datos, la Sugef toma el gasto administrativo y lo divide por la utilidad operacional; entre menor sea el resultado mayor la eficiencia.
Voceros de los bancos públicos aceptaron a La Nación que la estructura salarial que tienen, apoyada en convenciones colectivas, es una de las principales razones que impiden mejorar la eficacia de su gestión.
La Superintendencia hace un promedio general de este sector con los resultados de los bancos de Costa Rica (BCR), Nacional (BN), Popular y Bancrédito.
Similar ejercicio realiza con la banca privada, mutuales, cooperativas y financieras.
Javier Cascante, jerarca de la Sugef, explicó que en las entidades estatales, los gastos de personal representan un 65% del egreso administrativo; mientras que en los privados es del 55%.
“La pérdida de eficiencia evita que las tasas de interés sean más bajas y al final de cuentas son cargos mayores a los usuarios financieros. Nos tranquiliza que la tendencia alta ha tendido a disminuir en los últimos meses; pero aún es alta en el sector público”, enfatizó Cascante.
Razones. Gerardo Porras, gerente general de Bancrédito, reconoció que la banca pública hizo esfuerzos para mejorar el indicador de eficiencia durante el año anterior, pero estimó que todavía queda mucho trabajo por hacer.
“(El régimen salarial) hace diferencia. Hemos trabajado en implementar el salario único, pero aún queda una población con pluses salariales. Además, las convenciones colectivas brindan prerrogativas que no se tienen en el sector privado”, dijo Porras.
En el caso del BCR, su subgerente Leonardo Acuña alegó que tienen limitaciones para actuar sobre las remuneraciones, principal componente del gasto, debido a las restricciones del régimen salarial en el sector público.
Acuña descartó que un indicador de eficiencia, por encima del promedio, afecte al cliente, pues las condiciones de crédito son similares a los competidores.
Para Gerardo Abarca, director financiero del Popular, la cobertura nacional de la banca pública explica el gasto en planilla.
Otra realidad. Por otra parte, el indicador de eficiencia de la banca privada reflejó una media del 54%, es decir 10 puntos porcentuales por debajo del sistema nacional, que obtuvo un 64%.
Gerardo Corrales, gerente general de BAC San José, apuntó que los bancos privados son relativamente más modernos y cuentan con mayor automatización de procesos, lo cual les da ventajas frente a los competidores.
Resaltó que este uso de medios electrónicos favorece el desempeño, en comparación con transacciones tradicionales en las sucursales bancarias.
Luis Carlos Rodríguez, subgerente financiero de Banco Promérica, señaló que las entidades privadas, al tener menos acceso a fondeo por medio de cuentas corrientes y de ahorro, deben generar una mayor utilidad de los recursos captados en el mercado.
Sobre el resto del sector privado, las mutuales y financieras tienen un indicador superior al promedio nacional: la primera del 76% y la segunda del 68%.