El costo de los alquileres de plantas generadoras de energía está pasando una alta factura al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y a sus clientes.
Durante los últimos siete años, el gasto promedio por el arrendamiento de obras creció 40%. La entidad pagó, en el 2006, ¢13.796 millones en alquileres operativos y, el año anterior, cerró en ¢55.624, según datos del ICE y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
El fuerte incremento se traslada a los usuarios y la Aresep está obligada a aceptarlos por ley.
Durante este año, la tarifa de electricidad subió un 30%, en parte por efecto de los combustibles y por los gastos operativos.
Los arrendamientos ganan terreno en la estructura de costos del ICE. Fueron el 15,36% de los gastos operativos entre el 2010-2012, y crecerán hasta el 19% entre 2013-2015, dice el ICE.
Teófilo de la Torre, jerarca de la institución, dijo a La Nación que el otro año tratarán de cargar solo el valor de la depreciación de obras, que es una tercera parte del gasto por arrendamiento.
Razón. Ante la falta de recursos para invertir, el ICE utiliza mecanismos financieros como fideicomisos o créditos de arrendamiento para edificar plantas.
Mediante la primera figura, la empresa estatal construyó las represas hidroeléctricas de Peñas Blancas, Cariblanco y el proyecto térmico de Garabito, en Montes de Oro de Puntarenas.
En las tres se usó la figura del fideicomiso de titularización que emitió bonos en el mercado local, para recaudar dinero y hacer las obras. El ICE se comprometió a pagarle al fideicomiso un arrendamiento mensual y, al finalizar el contrato, el total del dinero.
Sin embargo, las condiciones en las que se emitieron los bonos resultan onerosas. En la planta térmica más grande del país, en Garabito, por ejemplo, la institución acordó una tasa fija de 10% a 10 años plazo. La colocación fue por $192 millones, registra la Superintendencia General de Valores.
“La tasa que paga el ICE en sus fideicomisos es alta si se compara con la de los títulos de deuda que acaba de emitir en el mercado internacional”, explicó Allan Lewis, director asociado de Fitch Ratings, firma que califica al Instituto.
Desde febrero anterior, la Aresep, en el informe 190-IE-2013/5315, alertó de que cuando la inversión y pago de proyectos se da en plazos muy cortos, el costo sube.
Jesús Orozco, gerente financiero del ICE, dijo que analizan recomprar los bonos de los fideicomisos para mejorar la estructura de gastos. Precisamente, cuando el ICE comenzó a cancelar sus obligaciones por Garabito y Cariblanco, a partir del 2007, ocurrió una fuerte alza en los alquileres. Solo en el 2009 bajaron porque se dejaron de usar plantas térmicas portátiles.
De la Torre explicó que los fideicomisos fueron, a comienzo de la década del 2000, la vía para invertir. Pero esto cambió con la ley de fortalecimiento de la entidad, en el 2008, que permitió hacer préstamos sin pasar por el Congreso y colocación de bonos de deuda.
Créditos. Con el nuevo marco jurídico, el ICE retomó la construcción de obras. Por eso, en el 2010 comenzó a ascender de nuevo el pago de alquileres operativos de plantas.
No obstante, ahora usa más la figura del crédito de arrendamiento con opción de compra. Esta se utilizó en la planta geotérmica de Pailas, en Guanacaste.
Los nuevos instrumentos no son a tasa fija, sino que su costo está asociado a un índice externo, como la tasa Líbor, más un interés extra.
Aun así, el nuevo esquema ha hecho subir, rápidamente, el pago de intereses y comisiones que enfrenta la institución.
De la Torre reconoce que el modelo de fideicomiso puede salir más caro que el crédito. Pero defendió que ambos son inversión productiva. Colaboró Marvin Barquero