Los hogares que dan empleo a personas de manera informal corren grandes riesgos actualmente.
Puede ser desde alguién que pasó por el frente de la casa y le ofreció cortar el zacate hasta una servidora doméstica que llega todos los días y no tiene seguro o no tiene el correcto.
Gustavo Picado, gerente financiero de la CCSS, recordó el caso de un trabajador que estaba pintando una casa, se cayó del techo, tuvo un accidente y quedó con un cierto grado de invalidez.
El tribunal obligó a la persona que lo contrató a pagarle una pensión vitalicia y los gastos médicos.
“A partir de ese principio, desde el punto de vista normativo, esa persona que llega a trabajar en las casas debería registrarse también en calidad de trabajador tanto para la CCSS como para el INS en materia de riesgos laborales”, explicó.
“Toda persona que se constituya en patrono - aunque sea por unos minutos- está obligado a suscribir un seguro de riegos del trabajo para cubrir a su o sus trabajadores”, añadió Eduardo Fernández Figueroa, jefe de la Dirección de Seguros Solidarios del Instituto Nacional de Seguros.
Picado y Sergio Salazar, asesor de la gerencia financiera de la CCSS, detallaron que si el trabajador no tiene seguro, o no tiene el que le corresponde (por ejemplo, contrató el voluntario siendo asalariado), el patrono se expone a que la Caja le cobre todas las cuotas sobre la base mínima por todos los años en los cuales el trabajador ha laborado y no solo las patronales, sino también las obreras.