La acuicultura nacional pretende darle un giro a su estrategia y diversificar más la oferta ante el aumento en la cantidad de países que producen tilapia.
Según el más reciente censo agropecuario realizado en el 2014, el 87,5% de las fincas acuículas del país se dedican a la producción de dicha especie.
Esa situación no es favorable debido a que Honduras, China y Ecuador, intensificaron sus labores de cultivo de tilapia en el intento por conquistar al que es gran comprador de los productos del país: Estados Unidos.
Las consecuencias ya serían visibles. Datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) muestran que las exportaciones de esa especie pasaron de 7.166 toneladas en el 2012, a 5.777 en el 2015; una caída del 19,4%.
Asimismo, compañías que se dedican a la producción de tilapia, como Aqua Corporación, reconocen que la competencia los ha afectado pero se aferran a la fidelidad de sus clientes y al desarrollo de otros productos elaborados con desechos.
Mientras que otras empresas, como Martec, ven una oportunidad de negocio al ofrecerle a los compradores internacionales una especie poco explotada como el pargo.
El golpe chino. Antonio Porras, director general técnico del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), indicó que la producción asiática es la que más daño ha causado a los productores costarricenses.
“Estados Unidos está siendo bombardeado por una gran cantidad de producción proveniente de Asia, que llega a costos mucho más bajos que los nuestros; por lo que tratamos de competir con calidad”, agregó.
Igual criterio tienen los representantes de Aqua Corporación, quienes manifestaron que logran mantener buenas cifras gracias a que un grupo de clientes decidieron no sacrificar la calidad del producto por tener costos más bajos.
Asimismo, diversifican su cartera de productos, por ejemplo, al incorporar alimentos para animales elaborados con las víseras y esqueletos de sus peces.
Esta empresa, que se localiza en Guanacaste, exporta el 90% de su producción a Estados Unidos.
Para contrarrestar los impactos de la competencia, entre otros problemas del sector, Incopesca realiza un diagnóstico de la acuicultura con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
“Vamos a poder establecer políticas de siembra y cosecha que permitan manejar mejor, no solo el tema de mercado, si no, el tema de insumos para la producción”, destacó el director de Incopesca.
Sin embargo, ya en el país, Industrias Martec halló una oportunidad de negocio con el cultivo de pargo a escala industrial, una labor poco conocida.
Para ellos ese pescado es de fácil aceptación, pues es muy consumido en el hemisferio norte, y sobre todo, que nadie más lo produce en gran cantidad.
Robert Miles, presidente de la firma, dijo que esperan alcanzar una capacidad total de 19 millones de pargos en el agua, una cifra aún lejana, ya que planeaban tener 2 millones en enero.
La cosecha actual de la empresa es de unos 5.000 kilos a la semana y la mayoría son exportados a Estados Unidos y una menor cantidad se queda en el país o se envía a territorio canadiense.
Justo las exportaciones de esa especie están en crecimiento, pasando de 798 toneladas, en el 2012, a 903 en el 2015, un aumento del 13% en ese periodo.
En número de fincas, después de la tilapia, hay una mayor cantidad dedicada a la producción de trucha con 166 espacios, seguido por el camarón con 43 y “Otros” con 141 espacios (en esta categoría se incluyen las fincas dedicadas a la producción de pargo).