Las certificaciones técnicas de un candidato a un empleo en firmas locales e internacionales elevan su valor y la posibilidad de obtener más beneficios.
“Un profesional que cuenta con una certificación tiene la ventaja de disminuir el costo inicial de inversión para empezar a ser productivo, lo que lo convierte en un recurso más buscado en el mercado y con una expectativa de compensación mayor”, aseguró Rodolfo Fuentes, director de tecnología de Deloitte Consulting.
La certificación prueba ante el posible nuevo patrono que la persona cuenta con la preparación requerida en la gestión de proyectos, normas de calidad, aplicaciones, bases de datos e, incluso, paquetes básicos de oficina e idiomas, entre otras.
A nivel local, las universidades públicas y privadas ofrecen los cursos (de dos o tres meses) para obtener las certificaciones, con costos que van de más de ¢51.000 a casi ¢190.000.
Andrés Marín, director de la academia de tecnología del CIT-Ulacit, indicó que se da la posibilidad de realizar el examen de certificación, el cual está a cargo de la entidad que establece las normas a nivel internacional o de la empresa dueña de una tecnología.
La certificación que debe tener una persona depende del puesto donde sería contratada.
Por ejemplo, Intel tiene en el país 19 áreas de operación diferentes. Ahí se requiere formación profesional en ingeniería eléctrica, electrónica, mecatrónica, computadores para el centro de investigación y desarrollo.
Un posgrado en diseño y microprocesadores son un plus, al igual que algunas certificaciones especializadas.
En el área de tecnologías de información, la preparación en sistemas, informática o desarrollo de software se complementan con certificaciones para manejo de plataformas de datos como SAP HANA y para seguridad de redes, por ejemplo.
La industria también manda. “La dinámica del ecosistema será la que dicte cuáles certificaciones serán necesarias”, dijo Timothy Scott Hall, gerente de asuntos gubernamentales de Intel Costa Rica.
Ventaja. Las certificaciones se ven como un valor agregado que aportan los candidatos.
“La finalidad es que obtengan una titulación internacional que les permita colocarse en nuevos puestos de trabajo de alta demanda”, dijo Andrés Sánchez Cordero, coordinador de actualización continua y tecnologías de la información de Cenfotec.
Las certificaciones entran en el juego para definir el paquete de compensación de cada candidato y como una medida objetiva para corroborar el conocimiento, la preparación y la actualización de la persona en un área específica.
También se toman en cuenta variables como el mercado laboral y la equidad interna e, incluso, las llamadas habilidades blandas: el liderazgo, el trabajo en equipo, la comunicación, y la proactividad, entre otras.
En Prodigious, una firma estadounidense con operaciones en el país, se considera la formación en en tecnologías, desarrollo de software , estándares de control de calidad, herramientas de diseño, análisis de datos y mercadeo.
Aquí las certificaciones pueden ser requeridas en ciertos proyectos, aunque –por encima de ellas y de los títulos profesionales– se sopesan otras competencias desarrolladas en la práctica.
“Una certificación puede garantizar el conocimiento que se necesita, pero no es obligatoria”, advirtió Sergio Sánchez Molina, líder de aprendizaje y desarrollo de Prodigious.
Cuando hay escasez. Si las certificaciones se piden como requisito del puesto, no varía la compensación salarial.
“Sin embargo, cuando son escasos los profesionales con esa certificación, el puesto tiende a tener una mayor compensación“, dijo Cynthia Sanabria, socia de Management Consulting de la firma KPMG Costa Rica.
En algunos casos –puestos de entrada o profesionales recién graduados– no se solicita la certificación. Aquí la persona usualmente pasa un proceso de entrenamiento de inducción.
A las organizaciones, la certificación les permite esperar que la persona empiece a contribuir y a generar valor con más rapidez que otras que no las tienen.
Claro está, la validación de las competencias se realiza mediante entrevistas técnicas y pruebas, las cuales garantizan que la persona tiene el nivel requerido.
También se toma mucho en cuenta el tiempo que lleva la persona certificada y la experiencia adquirida desde entonces con la puesta en práctica del conocimiento y habilidades adquiridas.
Los profesionales deben estar atentos a las tendencias y cambios que surgen. Por ejemplo, con el auge de sistemas de datos y analítica, una certificación en minería de datos es ideal para puestos analíticos en firmas de servicios y de finanzas.