Le Bourget, Francia. AFP. - La edición 2017 del Salón aeronáutico de Le Bourget terminó con acuerdos de comandas por un monto de $150.000 millones, principalmente de Boeing y Airbus, pero con menos visitantes, indicaron ayer, domingo los organizadores.
La facturación de los constructores de aviones aumentó un 13% con respecto a la edición de 2015, cuando alcanzó los $130.000 millones.
El certamen se celebra alternativamente un año en Francia y otro en Farnborough (Reino Unido) y es el más importante del sector.
Sin embargo, el número de visitantes profesionales de la edición 2017 cayó un 6% (140.000) y el del público en general un 10% (180.000), según las primeras estimaciones de Emeric d'Arcimoles, el comisario general del salón, en una rueda de prensa.
Entre Boeing y Airbus registraron un total de $114.000 millones en pedidos, $74.800 millones para el constructor norteamericano y $39.700 millones para el europeo.
D'Arcimoles atribuyó el descenso del número de visitantes profesionales a “restricciones presupuestarias” en varias compañías, , que redujeron el personal enviado al salón, así como al estado de emergencia en Francia.
Retadores. En esta edición, China, con su C-919, y Rusia, con el MC-21, aspiraron a romper el oligopolio de Airbus y Boeing en el mercado de los aviones de medio recorrido, un primer paso en su ofensiva contra los dos gigantes mundiales del sector.
“Desde hace décadas, solo había dos familias de aviones que competían en el sector de los monopasillos, el A320 y el 737” de Airbus y Boeing, recuerda Stéphane Albernhe, socio de la consultora Archery.
"Estos nuevos actores tienen detrás estados que les apoyan y que no se detendrán ahí (...) Empezaron en el mercado de los monopasillos pero es muy probable, al menos en lo que respecta a China, que el próximo modelo sea un avión de largo recorrido", asegura.