Los esposos Alejandro Vargas Román y Karen Montero recibieron con gran alegría la noche de este miércoles la sorpresiva noticia de Floribeth Mora, quien les escribió vía WhatsApp, desde Roma, comunicándoles que ya les tenía las dos entradas para que estén en la ceremonia de canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
Vargas, de 47 años, fue el neurocirujano que atendió a Mora cuando llegó con un aneurisma que la tuvo al borde de la muerte y del que se sanó el 1.° de mayo del 2011, día en que fue beatificado Juan Pablo II.
La pareja de médicos sale este jueves a las 5 p. m. en vuelo de Iberia hacia España y espera llegar la tarde de mañana viernes a Roma para participar el domingo en la misa durante la cual se declarará santos a los dos pontífices.
De acuerdo con Vargas, se trata de algo único en la vida y por eso esta mañana adquirió los boletos que él mismo costea y salió a comprar el traje negro que se exige para la ceremonia.
"Es una gran oportunidad y la culminación de todo un proceso riguroso y muy bien estudiado. Lo veo como un súper premio en la vida, como trabajador y como católico que soy", afirmó Vargas.
Recordó que en 1983, cuando vino al país el papa Juan Pablo II, lo vio pasar en el Papamóvil y ahora será muy gratificante verlo como un nuevo santo de la Iglesia.
Dijo que desde que trascendió el milagro, ha atendido medios de Polonia, Francia, Alemania, Italia, España, Estados Unidos y muchas naciones de América Latina.
Su esposa, Karen Montero, afirmó que ayer habían perdido la esperanza de poder asistir a la ceremonia, por lo que le dijo a su esposo que se fuera para Roma aunque no participara en la ceremonia. Poco después llegó al teléfono de él un mensaje donde Floribeth Mora le decía que todos preguntaban por el y que ya le tenía las entradas para la canonización.
"Dios quiere que estemos ahí", dijo Montero, y calificó como una bendición esa oportunidad.
Acotó que siempre han sido católicos y que a raíz del milagro se han integrado más de lleno a la Iglesia.
"En la carrera de Medicina no nos preparan para ver milagros. Esta es una profesión basada en la ciencia y la lógica. Nosotros hemos aprendido a abrir los ojos y ver la voluntad de Dios", concluyó.
Vargas trabaja en el Hospital Calderón Guardia y Montero en la Clínica Integrada de Tibás. Ambos agradecieron a sus jefaturas por facilitarles los permisos respectivos para salir del país a presenciar el epílogo de la historia que comenzó con el milagro que el Vaticano acreditó para la santificación de Juan Pablo II.