Washington. AFP. Uber alcanzó un acuerdo para poner fin a una demanda colectiva presentada por conductores de dos estados de Estados Unidos, que permite al gigante mundial del transporte privado continuar usando choferes independientes.
La empresa, con sede en San Francisco, acordó pagar hasta $100 millones para poner fin a demandas de conductores de California y Massachusetts.
Las demandas amenazaban un fundamento del modelo de negocios del pionero de la llamada gig economy (empleo bajo demanda): depender de trabajadores que no tienen horarios y solamente una muy difusa relación con el gigante del transporte urbano privado.
“En Estados Unidos, casi 90% dice que elige (trabajar para) Uber porque quieren ser sus propios jefes”, dijo el cofundador y director ejecutivo de la firma, Travis Kalanik, en una entrada en su blog en la que anunció el acuerdo, el cual calificó como positivo para ambas partes.
“Por eso estamos tan contentos de que este arreglo reconozca que los conductores seguirán siendo contratistas independientes, no empleados (...). Uber es una nueva forma de trabajar: gente que tiene la libertad de empezar y parar de trabajar cuando quiera”.
Según el nuevo convenio, Uber se compromete a pagar $84 millones a los demandantes, y $16 millones adicionales si Uber sale al mercado bursátil y su valor crece por encima de cierto nivel. También, accedió a dar a los conductores más información sobre su calificación (los pasajeros pueden calificar el servicio) y creará y financiará una asociación de conductores en ambos estados.
Shannon Liss-Riordan, abogada de los choferes demandantes, expresó que era un acuerdo histórico y uno de los más grandes alcanzados a favor de empleados que alegan que se los califica erróneamente de contratistas independientes.
Según Liss-Riordan, los conductores con más kilometraje recibirán probablemente unos $8.000, bajo el acuerdo. Un elemento importante del acuerdo refiere a cómo Uber despide o “desactiva” a los conductores.
“Uber ya no podrá desactivar a los conductores a voluntad”, dijo en un correo electrónico, resumiendo el acuerdo.
En cambio, deberá existir una causa suficiente y los conductores recibirán, en muchos casos, advertencias y, por lo tanto, la oportunidad de corregir cualquier asunto antes de la desactivación, apuntó la representante legal.
Por otra parte, el acuerdo aclara que las propinas no están incluidas en las tarifas de Uber y permite a los conductores instalar una señal en sus vehículos advirtiendo de que las propinas no están incluidas, no son requeridas, pero se agradecen.
Pero la cuestión más general de si los conductores de Uber son empleados o contratistas no quedó resuelta. Liss-Riordan dijo que el convenio no impide a los conductores de otros estados desafiar el modelo de Uber de usar contratistas.
“Ninguna corte ha decidido si los conductores de Uber son empleados o contratistas independientes y ese debate no acabará aquí”, manifestó la abogada.
Pero, manifestó que el arreglo sirve como una severa advertencia para compañías que irresponsablemente catalogan a su fuerza laboral como contratistas independientes, quienes quedan excluidos de protecciones legales y beneficios contractuales.
Al llegar a un acuerdo, las partes evitaron el riesgo de una desastrosa sentencia en un juicio, la cual, sin importar el veredicto, sería probablemente apelada.
La expansión de Uber en los últimos años a más de 400 ciudades en todo el mundo, no ha estado exenta de críticas, especialmente de taxistas que denuncian competencia desleal y de autoridades por presunta insuficiencia de medidas de seguridad.
La llegada de esta empresa generó incluso violentas manifestaciones en Sao Paulo, Madrid, San Francisco, París, Londres, Bogotá y Santiago, y más recientemente un colapso del tráfico en Buenos Aires, Argentina.
En pie de guerra contra Uber, los taxistas argentinos provocaron un gigantesco atasco en la capital este martes anterior, al tiempo que la justicia de ese país bloqueó la plataforma de la compañía.
Uber se ha convertido en una de las ‘startups’ con mayor valor, con inversiones que valorizan al grupo en más de $50.000 millones.