Arun Kumar posee tres departamentos en Nueva Delhi, donde se ha labrado una vida cómoda como parte de la clase media en rápido crecimiento de India. No hace mucho tiempo, también se convirtió en propietario mundial, seleccionando una poco costosa casa de tres recámaras y un dúplex a casi 13.000 kilómetros de distancia, en Saint Louis.
Para Kumar y otros indios ricos, los bienes raíces estadounidenses son un recurso de seguridad. Enfrentados con lo que algunos han considerado una burbuja en los precios de las propiedades en las principales ciudades indias y una Bolsa de Valores de Bombay en ocasiones agitada, se están uniendo a una ola de compradores de otros países que ven la recuperación del mercado inmobiliario de Estados Unidos como uno de los mejores lugares para invertir su dinero en estos días.
La élite rica procedente de China, Latinoamérica y otras partes han comprado propiedades en torres de cristal en Manhattan, condominios de lujo en Miami y casas a lo largo de la Costa Oeste.
Las investigaciones de las autoridades han encontrado que algunos inversionistas extranjeros están usando las posesiones inmobiliarias estadounidenses, al menos en parte, para ocultar efectivo y otros activos de las autoridades en sus países de origen. Pero muchos inversionistas extranjeros no tan súper ricos simplemente quieren un lugar seguro para colocar sus ahorros extra, y sus inversiones tienden a ser mucho menos grandiosas que las propiedades trofeo que han atraído la mayor parte de la atención.
Y, para los indios, en particular, los bienes raíces estadounidenses ofrecen un “destino muy, muy atractivo”, dijo Subir Gokarn, director de investigación en Brookings India en Nueva Delhi.
Jed Kolko, economista en jefe en Trulia, un mercado en línea para bienes raíces residenciales, dijo que las búsquedas de propiedades más populares para las personas originarias de India estaban en y alrededor de Silicon Valley, donde las empresas tecnológicas reclutan fuertemente personal en India; en las áreas de Boston y Filadelfia cerca de las universidades que tienen a numerosos estudiantes procedentes de India; y en zonas suburbanas de Nueva Jersey y en Queens, donde hay comunidades indio-estadounidenses establecidas.
Un sondeo de la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces estima que de abril de 2013 a marzo de este año, las ventas totales a clientes internacionales fueron de $92.200 millones, un aumento de 35% respecto de los 12 meses anteriores.
Los compradores extranjeros ahora representan 7% de las ventas totales de casas existentes de $1,2 billones, según el sondeo. De ellas, los indos representan 6% de las compras, gastando $5.800 millones, superior a los $3.900 millones del mismo periodo hace un año y a la par de los compradores originarios de Gran Bretaña. Los canadienses desde hace tiempo compran propiedades estadounidenses y siguen haciéndolo en grandes cantidades, con compras centradas en su mayor parte en Arizona, Florida y, más recientemente, en Las Vegas. Canadá sigue representando la mayor porción de compradores, pero China es la fuente de clientes de más rápido crecimiento, según el grupo de Corredores de Bienes Raíces.
En comparación, los compradores de India son un grupo más ecléctico. Estos incluyen padres que viven en India que compran departamentos para estudiantes que asisten a la universidad, asegurándose de que las unidades tengan servicio de conserjería y una recámara extra para que puedan acudir de visita por periodos prolongados, dijeron varios agentes de bienes raíces. Después de que los estudiantes dejan la universidad, los padres a menudo conservan el departamento y lo rentan. “Es una buena inversión en su opinión, y puede ser un mejor trato que pagar los costos del dormitorio o rentar a en otra parte”, dijo Michael DiMella, socio administrativo del Charlesgate Realty Group en Boston cuyos clientes indios han comprado cerca de la Universidad del Noreste.
Al mismo tiempo, el área ribereña de Newport en Jersey City ha surgido como popular entre los compradores indios.
Irene Barnaby, corredora de Weichert Realtors en Jersey City, dijo que sus clientes indios generalmente gastaban entre $600.000 y $800.000 en condominios. Algunos compradores pagan en efectivo porque los bancos tradicionales no les dan hipotecas sin un historial de crédito en Estados Unidos. Pero ella también ha creado relaciones con bancos más pequeños que prestarán dinero a su clientela.
Padmanabhan Palani, presidente del consejo de la asociación de condóminos en la torre James Monroe de 443 unidades, dijo que el área es cómoda para muchas personas que acaban de llegar de India u otra parte de Asia porque se asemeja a los distritos de altos edificios de departamentos en Mumbai y Hong Kong. Además, dijo, su edificio está cerca de la estación de trenes. “En una tormenta de nieve, 100 metros es muy importante cuando se tiene que caminar”, dijo Palani.
Algunos corredores basados en Estados Unidos están capitalizando el creciente interés de los indios. Myron Von Raesfeld, un agente de bienes raíces en el corazón de Silicon Valley, dijo que su firma empezó a trabajar compañías de tecnología en 1999 para ofrecer seminarios para enseñar a los inmigrantes con visas de trabajo H-1B las complejidades del mercado inmobiliario estadounidense. Ahora ofrece el seminario en 80 compañías, en parte para estar al frente de la competencia. “Los corredores de bienes raíces se están volviendo muy astutos en esta ola extranjera”, dijo.
Los agentes de bienes raíces indios también están entrando en acción. Vikram Somani, dueño de Property Hunters en Mumbai, ha girado su atención al mercado estadounidense, señalando que hay disponibles pólizas de seguros y el proceso de compra es mucho más organizado.
Rohit Prakash, presidente de American Full House en Austin, Texas, está reclutando corredores como Somani para buscar clientes indios. Su firma, creada hace cuatro años, organiza asociaciones de responsabilidad limitada para ayudar a sus clientes a superar los problemas fiscales y el papeleo que de otro modo aplicaría a los inversionistas extranjeros. “Hay cierto atractivo en decir que tengo una propiedad en Estados Unidos, un poco de jactancia”, dijo Prakash. “Pero no tenían ni idea de cómo hacer todo esto”.
Uno de sus clientes es Kumar, quien compró sus propiedades en Saint Louis sin verlas, gastando unos $100.000 por una cada unifamiliar de tres recámaras y una casa de dos unidades. Hasta ahora, la inversión no ha sido tan buena como Kumar esperaba. Una de las unidades permaneció vacante mucho más tiempo de lo esperado, y un techo tenía un problema que necesitó reparación. “Espero que este año sea mejor”, dijo Kumaar, quien está considerando comprar una propiedad en Silicon Valley en el futuro. “En cualquier caso, estaba buscando una inversión en Estados Unidos para largo plazo”.