San José.
El decomiso de licores de contrabando se disparó en los primeros cuatro meses de este año, tanto que en ese lapso superó el volumen que se confiscó en todo el 2015, de acuerdo con los datos solicitados a la Policía de Control Fiscal (PCF).
Esas cifras indican que entre enero y abril de ese año el volumen de litros decomisado llegó a 285.874 unidades, un 138% más en todo el 2015, cuando la cifra fue de 120.030 litros.
Además, de acuerdo con datos anualizados solicitados desde el 2010, en solo un cuatrimestre de este año se logró decomisar más litros que en ninguno de esos años anteriores.
Irving Malespín, director de la Policía de Control Fiscal (PCF), advirtió de que el licor de contrabando no es solo un problema para Costa Rica sino que también se convirtió en un flagelo. Esto porque junto a la evasión de impuestos, también es un peligro para la salud humana, pues no tienen ningún tipo de control sanitario. "La gente no sabe qué se está tomando", señaló.
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El funcionario añadió que dos factores inciden para el incremento en el volumen que se logra detectar. Uno es que el negocio es muy lucrativo y, por tanto, mucha gente se vincula a él; el otro es que se han puesto en marcha controles más rigurosos y, por ello, más eficaces.
Explicó que desde su llegada a la Policía de Control Fiscal, en julio del 2014, optó por una estrategia donde se siguen los pasos de bandas de contrabandistas y ya no tanto al trasiego hormiga (de pocas cantidades). Eso ha permitido, aseguró, encontrar cargamentos de 20.000 y hasta 30.000 litros en cada caso.
Consumo. En tanto, un estudio de la empresa de análisis de mercados Euromonitor determinó que el consumo de bebidas alcohólicas en Costa Rica pasó de 112,5 millones de litros en el 2014, a 115,7 millones de litros en el 2015.
El consumo anual por persona subió ligeramente de 23,6 litros, en el 2014, a 23,9 litros, en el 2015, según esa fuente.
Gisela Sánchez, directora de Relaciones Corporativas de Florida Ice and Farm Co., señaló que esas cifras no reflejan la realidad, porque se ha comprobado el fuerte aumento en el contrabando de bebidas alcohólicas de todo tipo.
"Hay un subregistro de consumo o demanda formal al comprobarse un aumento en el contrabando de este tipo de bebidas. Lo anterior hace que los números sean más conservadores que la realidad del mercado. En Costa Rica, categorías como cerveza, bebidas alcohólicas saborizadas y vinos crecen en comparación a otras categorías", detalló Sánchez.
Por eso, descartó que haya un estancamiento en la demanda de este tipo de productos en el país, aunque reconoció que los niveles de crecimiento de las empresas formales eran superiores antes de la crisis del 2008.
Según Álvaro Salas, administrador interino de la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), el precio es definitivamente uno de los factores que más afectan la demanda, lo cual se observa claramente en los productos de contrabando y en las bebidas alcohólicas clonadas (copias producidas ilegalmente), que se han posicionado por su bajo precio.
Las bebidas clonadas tienen el agravante, advirtió Salas, de que se elaboran con materia prima introducida al país de manera ilegal y sin ningún control que garantice su inocuidad, lo que atenta contra la salud de los ciudadanos.
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Malespín explicó que los mayores decomisos se presentan en whisky, ron y tequila, y que los sitios donde se ha detectado más contrabandos son la zona sur, en particular Paso Canoas, por la cercanía con Panamá, y el área de Sixaola, donde se fomenta por la existencia de tiendas libres de impuestos en territorio panameño fronterizo y por las opciones que ofrece el río de burlar la vigilancia.
La PCF envía a trámite judicial los casos donde la carga decomisada tiene un valor por encima de los $5.000. En casos menores se hace un trámite administrativo y el tema se traslada la Dirección General de Aduanas, explicó Malespín.