Los factores críticos de la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas lo definen factores exógenos y endógenos.
Los exógenos se asocian a imperfecciones de mercado, presencia de regulación, definición de la política macroeconómica, entre otros incontrolables para las empresas.
Los endógenos se relacionan con la composición de las áreas estratégicas que definen los niveles de eficiencia, productividad y calidad, entre los que pueden mencionarse: ausencia de técnicas de mercadeo y comercialización, uso de tecnología obsoleta, faltra de control y normalización de la calidad, débiles mecanismos de control y estructuración de costos, falta de planeamiento estratégico, entre otros.
Como resultado las empresas muestran bajos niveles de competitividad que afectan su reacción frente a grandes competidores en los distintos mercados.
Por lo tanto, estas empresas requieren de una transformación sustancial en el nivel microeconómico para volverse exitosas.
El cambio se relaciona con la formación empresarial de las empresas, es decir, su asimilación de conocimiento en áreas que apoyen y orienten procesos de producción con alto valor agregado.
Sin duda la educación en el campo empresarial es un proceso que origina respuestas y alternativas sustanciales de mejoramiento en las capacidades competitivas de las empresas.
Para tal efecto, la actitud positiva de los empresarios hacia el aprendizaje y la respuesta de los centros educativos es fundamental en el mejoramiento de la competitividad.
En resumen, los factores críticos que afectan la competitividad no deben ser eternos sino que pueden combatirse através de la educación y formación empresarial de los distintos actores sociales responsables de dinamizar el crecimiento económico de los sectores productivos del país.