¿Que tan competitivo es usted? Ambición y adrenalina son insuficientes sin un talento y la estrategia correcta. Hay que trabajar más, no necesariamente más horas, sino más inteligentemente.
El mercadeo es un proceso, no un evento. Los seres humanos solicitan empleo, proponen matrimonio, hacen nuevas amistades, venden productos, negocian condiciones, solicitan un ascenso o aumento de sueldo, todas son formas de mercadeo personal.
Este requiere de competencias técnicas y humanas, las primeras se consiguen estudiando, las otras, se aprenden en forma vivencial: comunicación, relaciones humanas, actitudes, tiempos de respuesta e imagen personal.
Se requiere una importante habilidad para comunicarse en forma oral, saber preguntar, escuchar, respirar en forma natural y hablar lo necesario, sin prepotencia, ni en forma egocéntrica, viendo al rostro. Cuando se escucha, la boca debe estar cerrada, las piernas no deben balancearse ni moverse; la voz dice mucho de la personalidad, utilice un tono moderado y uniforme, las manos deben estar visibles.
Lo que más requiere desarrollo, es la imagen personal, esta tiene que ver con la apariencia, los rasgos físicos, expresiones y movimientos del cuerpo (lenguaje corporal), forma de hablar, vestir, caminar, volver a ver, saludar, dar la mano, etc.
Para proyectarse exitosamente se debe utilizar símbolos, marcas, modelos referenciales, costumbres y culturas organizacionales, buscando estatus y elementos identificadores con grupos sociales, para lograr más aceptación.
Los seres humanos tendemos a clasificar a las personas de acuerdo con su apariencia, esto no es justo, pero es real, si la apariencia no es aceptada, tendremos menos opciones, de ahí la importancia de la higiene personal y la discreción en la forma de vestirse.
El 80% de la atención de su interlocutor se dirigirá a su rostro. Procure que su expresión facial y su arreglo personal sea correcto y oportuno, a mejor o mayor imagen, más poder de influencia.