“El estrechamiento de la liquidez en Costa Rica está añadiendo presión a la ya débil posición fiscal del Gobierno”.
Con este mensaje de cabecera la calificadora de riesgo Fitch Ratings se pronunció, este jueves 10 de agosto, sobre las dificultades de liquidez que enfrenta Costa Rica, las cuales fueron señaladas por el presidente Luis Guillermo Solís, durante una aparición en cadena nacional, el 1.° de agosto anterior.
Pese a ello, Fitch considera que el mercado de capitales local se mantendrá como una fuente confiable de financiamiento para el Gobierno, que le permitirá atender sus obligaciones por el servicio de la deuda pública.
Eso sí, advirtió que esta fuente de recursos se está volviendo cada vez más costosa debido al aumento en las tasas de interés.
Fitch además recordó en su comunicado que rebajó la calificación de Costa Rica a “BB” de “BB+”, en enero pasado, debido a un aumento sostenido en la proyección de la carga de la deuda pública.
Las letras BB, significan que Fitch considera que Costa Rica, como emisor de valores en el mercado internacional, es un deudor de categoría “especulativa”, con un elevado riesgo de incumplimiento de pago si llegaran a darse cambios negativos en las condiciones económicas o comerciales.
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En ese momento también se revisó la perspectiva a Estable con la expectativa de que el Gobierno mantendría la flexibilidad de financiamiento en el mercado local.
No obstante, en el comunicado enviado este jueves, la calificadora resaltó que la evidencia de restricciones de financiamiento en el mercado interno por parte del Gobierno estaría en contra de este supuesto y esto podría ser negativo para la calificación de riesgo, es decir, que podría ser un factor para que se revise la perspectiva a la baja.
Esta reacción de Fitch al anuncio del Ejecutivo se suma a la que difundió Moody’s el lunes pasado, donde cuestionó las medidas propuestas por el Gobierno para atender los apuros de liquidez, tanto por los riesgos que conllevan como por su mínimo impacto en la solución del problema fiscal.
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Fitch achacó los recientes problemas de liquidez del Gobierno y el atraso en algunas transferencias a la renuencia de la Tesorería Nacional a pagar las mayores tasas de interés que exigía el mercado de valores.
Eso provocó que durante junio y julio varias subastas fueran poco exitosas.
“Sin embargo, las subastas recientes y las colocaciones de deudas directas a principios de agosto han tenido éxito, apoyando la línea de base de Fitch de que el financiamiento seguirá estando disponible y, por lo tanto, soporte de la capacidad para atender el servicio de la deuda soberana”, indicó el comunicado.