La Hidroeléctrica Aguas Zarcas, propiedad de Coopelesca, depende de tierras alquiladas al Instituto de Desarrollo Rural (Inder) para continuar con la generación de electricidad y mantener la factibilidad financiera de un negocio por el cual la cooperativa pagó $35,3 millones.
Sin embargo, el Instituto confirmó, este 6 de setiembre, que en un año vence el periodo de arrendamiento de una franja de terreno a esta subsidiaria de la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca), y el contrato no será extendido.
"En lo que se refiere a prorrogar el arriendo eso sería negativo, totalmente, porque el artículo tercero del contrato entre el antiguo IDA e Hidroeléctrica Aguas Zarcas establece que el plazo de arrendamiento es por 25 años no prorrogables (...) periodo que se cumple el 6 de setiembre del 2018", explicó Diana Murillo, gerenta del Inder.
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El alquiler de las tierras es vital para la Cooperativa, pues 2,4 kilómetros cuadrados (km²) del canal de 5 km² que lleva agua del río Aguas Zarcas al embalse atraviesa un terreno propiedad del Instituto, informó Telenoticias este miércoles 6 de setiembre.
Murillo detalló que sin el aval del Inder el agua desviada del río hasta el embalse principal de la planta no podría usarse para la producción de energía. La hidroeléctrica, con 20 años de operar, tiene una capacidad de generación de 14,5 kilovatios hora.
El arrendamiento de la franja, ubicada en un terreno de 13 hectáreas, se inició en 1993, con un costo anual de ¢455.000. Cada año dicho montó crece 15%; para el último año de alquiler la Cooperativa pagará ¢13 millones.
Coopelesca compró a Holcim Costa Rica el proyecto hidroeléctrico en octubre del 2014, por una suma de $35,3 millones. El Banco de Costa Rica (BCR) financió $32,7 millones de ese total, pagaderos a 20 años y con un interés de tasa básica pasiva más 2,75%.
Tatiana Salas, coordinadora de Comunicación Corporativa de Holcim Costa Rica, afirmó que todas las circunstancias relacionadas con el arrendamiento de terrenos por parte de Aguas Zarcas S. A., fueron de conocimiento y aprobación de Coopelesca durante las negociaciones para adquirir la hidroeléctrica.
Dentro de la condiciones pactadas en el negocio de compraventa de la planta, Holcim se comprometió a recomprar la generadora a Coopelesca si el Inder no prorrogaba o formalizaba un nuevo contrato de arrendamiento de los terrenos, previo al vencimiento del convenio de alquiler con dicha institución.
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Sobre este caso, el Ministerio Público investiga un supuesto tráfico de influencias en el préstamo dado por el BCR, pues cuando se otorgó, el abogado Alberto Raven Odio fungía como director del Banco y fiscal de Holcim.
La compraventa de la hidroeléctrica se llevó acabo en el bufete Zurcher, Odio & Raven, del cual el directivo bancario es socio. Además, se utilizó una empresa de Raven durante la venta de la planta.
Terreno clave.
Omar Miranda, gerente de Coopelesca, admitió al Inder, en julio del 2015, que el uso del terreno resulta indispensable para la operación del proyecto.
"El inmueble arrendado (...) es una condición ineludible para determinar y mantener la factibilidad financiera de la adquisición del proyecto por parte de Coopelesca con el financiamiento del Banco de Costa Rica", informó Miranda en el oficio enviado al Inder, del cual tiene copia el diario.
Añadió en el documento que, para la viabilidad de la inversión, la Cooperativa requiere que la planta se mantenga en operación al menos 25 años más.
El 25 de mayo, el gerente de la empresa sancarleña informó al Instituto de que el interés ahora es comprar la franja de terreno arrendada, en vez de renovar el contrato.
Diana Murillo, jerarca del Inder, detalló que la Junta Directiva de la entidad pública será la encargada de determinar si se vende o se alquila la tierra.
"El contrato actual es muy débil, como gerente general nunca podía recomendar que la Junta autorice la firma de un arrendamiento de este tipo", afirmó la jerarca.
Sin consulta.
Uno de los principales cuestionamientos del Inder es que ni el BCR, ni Coopelesca consultaron a la institución las condiciones legales del alquiler de la tierra previo a la autorización del préstamo por $32,7 millones con el cual se adquirió el negocio.
"Nos sorprendió mucho que no se hiciera la consulta (de compra de terrenos) posterior a la adquisición de la hidroeléctrica. La situación del uso de la franja debió hacerse antes del crédito", dijo la gerenta del Inder.
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Andrés Víquez, subgerente del BCR, dijo este miércoles que el contrato de arrendamiento de tierras vence en 2018.
"El Banco de Costa Rica no tiene información oficial que confirme que el Inder no ha renovado el contrato de arrendamiento", afirmó Víquez.
Sobre los riesgos financieros reconocidos por Coopelesca, el funcionario manifestó que el contrato de compraventa es claro de las obligaciones patrimoniales de Holcim y la cooperativa sancarleña.
"De materializarse esa contingencia (…) la cooperativa contaría con los recursos requeridos para el pago de la obligación", resaltó el subgerente.
Según el Fideicomiso de Garantía N° 945, entre Coopelesca y el BCR, el préstamo tiene de respaldo el valor de la planta Aguas Zarcas por $34 millones.
También se incluyen las plantas Chocosuela I, II y III. La primera se tasó en $14 millones y las otras dos en $35,8 millones, dice el informe del Comité de Crédito del BCR del cual tiene copia La Nación .
El documento detalla que Coopelesca le compró la planta a Holcim para dejar de adquirir energía al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y contar con una fuente nueva de producción de electricidad.