El Ministerio de Hacienda afirmó que en este momento ya tiene solucionadas sus necesidades de financiamiento para hacer frente a los gastos pendientes del ejercicio económico 2023. Lo anterior incluye los pagos por los vencimientos de deuda, transferencias e incluso cancelación de salarios.
Así lo indicó la cartera en el informe de las cifras fiscales que publicó el pasado 31 de agosto. En el documento donde resume los datos de julio, la entidad menciona que “se tiene prácticamente cubierto el ejercicio económico 2023″, y ahora se enfoca en obtener los recursos necesarios para enfrentar los vencimientos de principios del próximo año.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, explicó a La Nación que las obligaciones están cubiertas siempre y cuando “no se materialicen acciones legislativas que deterioren la recaudación proyectada u otro riesgo fiscal”.
Acosta amplió que la mejora en las finanzas públicas permiten al Gobierno hacer un manejo de la liquidez de forma prospectiva, por lo que es posible mitigar los riesgos de desviaciones en las proyecciones de caja, así como los riesgos de refinanciamiento.
Fernando Naranjo, exministro de Hacienda y socio de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), destacó que debido a las altas tasas de interés en el país desde el año anterior, aumentó el interés de los inversionistas internacionales en adquirir bonos de deuda en el mercado local (uno de los mecanismos de financiamiento del Gobierno), lo que al mismo tiempo ha tenido un impacto en la devaluación del dólar en Costa Rica.
Por su parte, José Luis Arce, economista y director de la firma FCS Capital, explicó que el ejercicio económico 2023 está cubierto con antelación debido al acceso significativo a financiamiento del Gobierno y sus altos niveles de liquidez, además de que mantiene pendientes ingresos por créditos de apoyo presupuestario para 2023, así como $1.500 millones adicionales de eurobonos.
Hasta el 15 de agosto (según el último dato disponible), el Gobierno de la República tenía ¢1.216.264,87 millones en las cuentas del Banco Central (BCCR), manteniendo niveles elevados de liquidez como se informó en julio anterior.
Según Arce, que el Gobierno tenga el ejercicio económico resuelto al mes de agosto es algo que no ha ocurrido en los últimos cinco años, y es parte de un “efecto virtuoso” que generó el ajuste fiscal del 2018, lo que permite que el acceso a financiamiento se le facilite, aunado a que el monto que hay que financiar es menor; esto crea más confianza en los inversionistas.
Arce también explicó que aunque el Ejecutivo ya cuenta con los recursos para lo que resta del año se mantendrá operando en el mercado de bonos local por medio de recolocaciones, con el objetivo de asegurar que los inversionistas que en el pasado adquirieron deuda pública sigan financiando al Gobierno.
Ingresos pendientes
Para el último cuatrimestre del año, el Ministerio de Hacienda prevé recaudar cerca de ¢800.000 millones en deuda, según informó la cartera en la revisión del Plan de Financiamiento del Gobierno Central para el 2023, a mediados de agosto. Esto representa el 29,6% restante de la meta establecida, de ¢2.700.000 millones (¢2,7 billones).
Como informó La Nación a finales de agosto, el Gobierno espera recibir ingresos por $1.030 millones provenientes de cuatro créditos de apoyo presupuestario para lo que resta del 2023, donde se incluye desembolsos a recibir del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el mercado interno, Hacienda planea mantener la emisión de títulos de deuda. Solo en el mes de setiembre, la cartera tiene pendientes dos subastas: una el lunes 11 y otra el lunes 25, a la espera de que emitan el calendario de subastas para el último trimestre del año.
Por otro lado, Hacienda también deberá acudir al mercado internacional para hacer la segunda emisión de eurobonos por $1.500 millones de este año. Según había informado el tesorero nacional, José Antonio Vásquez, esa colocación sí se hará efectiva, y el dinero se utilizará exclusivamente para el pago de intereses de la deuda en el 2024.
Fernando Naranjo catalogó como “un riesgo” el hacer la emisión de los eurobonos en este año, pues considera que “no tiene sentido” pagar los intereses de esa colocación desde este año si no es necesario.
Según concluyó el exministro, Hacienda podría solicitar a la Asamblea Legislativa una autorización para trasladar la emisión al próximo año, para cuando sean necesarios; lo que “no toma más de un mes”, según indicó.
Acosta aclaró a La Nación que es fundamental realizar la segunda emisión este año, pues los recursos son parte de la reserva de liquidez que Hacienda genera para hacer frente a los fuertes vencimientos que se concentran en el primer trimestre del 2024.