El 7 de octubre del 2007, de manera inesperada y con un ajustado resultado, la mayoría de los costarricenses votó a favor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos, conocido como Cafta por sus siglas en inglés. Este evento marcó un hito al tratarse del primer referendo en la historia de Costa Rica.
En la portada de la edición impresa del periódico La Nación del lunes 8 de octubre, se leía: “Costa Rica dijo Sí”, destacando la afirmación en un tamaño que ocupaba dos tercios de la primera página. Al pie de este titular se mencionaba que “el 51.6% de los votantes convirtieron en ley el TLC, mientras que el 48.4% se pronunció en contra, en una jornada electoral pacífica y ordenada”.
El referendo sobre el Cafta es considerado uno de los eventos políticos más polarizados en la historia reciente de Costa Rica, y tuvo como foco central un tema económico.
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Esteban Oviedo, actual editor de Política del diario, recordó en una nota publicada en marzo del 2017 que, “el día del referendo, alrededor de las 6 o 7 p. m., la portada de La Nación tenía un ‘No’ gigante, con una imagen de niños partidarios de la oposición”.
Luego, agregó: “Ya teníamos lista la portada porque se preveía una victoria del ‘No’, eso lo tengo clarísimo. Pero a las 8 o 9 p. m., cuando el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) anunció los resultados, en el departamento de diseño tuvieron que correr para cambiar la portada. Nada de eso estaba previsto”.
Con los resultados del referendo se pusieron fin a cuatro años de debates en el país. Los partidarios del “Sí” apostaban por la apertura comercial y la promoción de nuevas inversiones, mientras que en la acera contraria, los promotores del “No”, incluyendo sindicatos y sectores sociales, apelaban a un discurso nacionalista.
Jairo Villegas, actual editor de Deportes que participó en la cobertura para el periódico cuando era periodista de la sección Nacionales, describió la experiencia como desafiante y complicada debido a la veracidad de la información que recibían.
“No sabíamos qué de todo lo que nos decían era cierto y qué no lo era, ya que ambas partes aportaban argumentos verdaderos y posiblemente también hacían afirmaciones falsas. Fueron campañas de miedo por parte de ambos bandos: unos decían que se vendía el país, y otros que el país se nos caía a pedazos”.
Tras el referendo, se aprobaron las leyes de implementación necesarias, y el tratado entró en vigor en Costa Rica el 1.º de enero del 2009.
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El Cafta comprende 22 capítulos que abordan aspectos como el trato nacional y el acceso a los mercados, las reglas de origen, la administración aduanera y la facilitación del comercio, las medidas sanitarias y fitosanitarias, los obstáculos técnicos al comercio, la defensa comercial, la contratación pública, la inversión, el comercio transfronterizo de servicios, los servicios financieros, las telecomunicaciones y el comercio electrónico, entre otros.
Las negociaciones oficiales se lanzaron el 8 de enero de 2003. Durante ese año, los cinco países de Centroamérica celebraron nueve rondas ordinarias de negociación, además de algunas rondas extraordinarias. Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua concluyeron las negociaciones en diciembre de 2003, mientras que Costa Rica continuó las negociaciones hasta el 25 de enero de 2004.
En el transcurso de las negociaciones, República Dominicana expresó su interés en unirse al Cafta, propuesta que fue aceptada por Centroamérica y Estados Unidos. Tras la finalización de las negociaciones, este país caribeño aceptó los términos acordados y negoció el acceso a los mercados de productos con Estados Unidos.
En el caso de Centroamérica, junto con República Dominicana, actualizaron el TLC existente entre ambas partes, que estaba en vigor desde el 2002. El acuerdo comercial entre los siete países, conocido como DR-CAFTA, se firmó el 5 de agosto del 2004.