Las calificadoras Fitch Ratings, Standard & Poor’s (S&P) y Moody’s esperan la aprobación de las reformas fiscales en los próximos 18 meses.
De no avalarse los cambios legales para reducir el déficit fiscal y el endeudamiento público, Costa Rica tiene altas probabilidades de sufrir un deterioro en sus calificaciones, confirmaron las tres agencias, luego de una consulta de La Nación .
“Si el déficit fiscal y el endeudamiento público no se estabilizan en los próximos 12 o 18 meses, la agencia podría bajar la calificación”, afirmó César Arias, de la agencia Fitch.
Añadió que la presentación de las reformas fiscales no es suficiente para garantizar una buena perspectiva del país.
Fitch modificó la calificación de Costa Rica de estable a negativa en enero anterior. Mientras tanto, Moody’s retiró el grado de inversión en octubre pasado.
S&P mantuvo la misma nota al país, aunque advirtió de que cada vez hay más presión, si persiste la inacción fiscal.
La nota de riesgo califica la solvencia de un gobierno para hacerle frente a su deuda con los acreedores, principalmente en el caso de las emisiones de eurobonos del país.
El indicador también sirve de guía para quienes realizan inversión extranjera directa.
Fernando Rodríguez, viceministro de Ingresos de Hacienda, reconoció que el país tiene cada vez menos tiempo para enfrentar sus dificultades fiscales.
“Si bajamos (de calificación) sería una señal terrible la que el país enviaría”, enfatizó Rodríguez.
El Ministerio de Hacienda presentó, el 10 de marzo, los borradores para transformar el tributo de ventas en un impuesto al valor agregado (IVA) y reformar el gravamen de renta. Ambas reformas permitirían aumentar los ingresos al Gobierno en un 2% del producto interno bruto (PIB).
Las iniciativas estarán en consulta popular hasta el próximo 17 de abril. Hacienda analizará las observaciones y enviará las iniciativas al Congreso este mes.
Recortar gasto. Las agencias estadounidenses coincidieron en que junto a las modificaciones en el ámbito tributario, se deben enviar señales claras en cuanto a la reducción del gasto público.
“Los controles del gasto público ayudan. En el 2014 se hicieron ajustes y el déficit fiscal quedó por debajo del esperado, pero aún es alto y no resolverán en su totalidad los problemas. Son necesarios más ingresos”, enfatizó César Barceinas, analista de S&P.
Costa Rica cerró con un déficit fiscal equivalente a un 5,7% del PIB en el 2014. La proyección a comienzo de ese año era del 6%.
Mientras, la deuda pública ascendió a un 40% de la producción, pero era del 25% en el 2008.
Precisamente, el crecimiento del endeudamiento fue la principal crítica hecha al país por Gabriel Torres, analista de Moody’s. “La deuda sigue aumentando, si no baja tendrá consecuencias negativas en la calificación”, dijo.
Pese a las críticas, las agencias señalaron que el crecimiento en Estados Unidos es un factor positivo para Costa Rica, debido a su vínculo económico.
Además, la inversión pública en infraestructura puede ayudar a mejorar el clima de negocio y la producción.