La implementación de una nueva metodología, en el 2012, para actualizar los salarios mínimos del sector privado, favoreció a los trabajadores costarricenses.
Este mecanismo incluyó por primera vez la productividad del país como uno de los componentes para calcular el ajuste.
El crecimiento anual de su poder real de compra fue del 2%, en promedio anual, en los 24 meses de su aplicación (el semestre pasado el método no se usó debido a la activación de una cláusula de salvedad inflacionaria).
Como contraste, durante los 168 meses que rigió la metodología anterior, el crecimiento anual promedio fue del 1%. Es decir, la tasa promedio de crecimiento de los salarios mínimos, excluyendo los efectos de la inflación, se duplicó.
Además, la variación mensual de los salarios es más baja con la nueva metodología.
Así se desprende de una estimación realizada por La Nación con colaboración del economista Melvin Garita. Los datos utilizados provienen del índice de salarios mínimos del Banco Central.
El actual ministro de Trabajo, Víctor Morales, sostuvo públicamente desde abril pasado que tenía la intención de revisar los “pisos” de los salarios mínimos.
Al ser consultado por La Nación , confirmó sus intenciones y dijo que es necesario mantener una política de salarios crecientes para que los ajustes vayan más allá de la inflación y mejoren la capacidad adquisitiva de las familias.
Pese a las manifestaciones del jerarca, los datos de La Nación muestran claramente que, de enero de 1998 a setiembre del 2014, los salarios mínimos crecieron, en términos reales (sin influencia de la inflación), un 15%.
El economista Melvin Garita lo plantea de otra forma: “Los datos nos dicen que para 1998, por ejemplo, una persona que ganaba el salario mínimo solamente podía comprar el 85% de los bienes y servicios que puede comprar una persona con el salario mínimo que se paga en setiembre del 2014”.
Bajo ambos sistemas de actualización (el de 1998 y el de 2012), la tendencia a que se incremente el poder de compra de los salarios mínimos es clara.
Dos métodos. A partir de enero del 2012, la metodología utilizada por el Consejo Nacional de Salarios para actualizar, semestralmente, la remuneración mínima obligatoria comenzó a considerar la producción del país y la inflación proyectada (antes se utilizaba la pasada).
Antes del cambio, se aplicaba una fórmula implementada en 1998, la cual únicamente consideraba la inflación proyectada, según Juan Pablo Carvajal, jefe de Salarios del Ministerio de Trabajo.
En el 2011, la ministra de Trabajo en ese entonces, Sandra Piszk, sostuvo que la reforma metodológica fue el cambio en la política salarial más importante de los últimos años en el país.