San José.
El exceso de burocracia estatal pasó una cara factura a la competitividad de Costa Rica durante el último año.
El país retrocedió 11 puestos en el análisis del sector institucional realizado por el Foro Económico Mundial.
Según el Reporte Global de Competitividad 2016-2017, Costa Rica se ubicó en el puesto 60 del pilar denominado Instituciones, cuando el año previo estuvo en el lugar 49.
La mayor carga regulatoria y la desconfianza en las entidades públicas fueron las principales debilidades señaladas en el estudio.
En el primer caso se ubicó en el lugar 126 frente al 118 del año anterior. Mientras que en la confianza de las políticas públicas en el lugar 76 frente al 72 del informe 2015-2016.
"La institucionalidad era uno de los trapitos de dominguear de Costa Rica. Ahora ha aumentado la carga regulatoria, eso produce un sentimiento de que si no pido permiso las cosas no suceden y la gente empieza a frustrarse", dijo Víctor Umaña, director Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS), del Incae.
El investigador añadió que también hay ineficiencias por el sistema estatal costarricense y por la corrupción.
El CLACDS presentó, este miércoles, las principales conclusiones del Reporte Global del Competitividad 2016-2017 en el que Costa Rica retrocedió, en el índice general, dos puestos y se ubicó en el lugar 54 entre 138 naciones.
En el Reporte se comparan 138 países en 12 pilares y 113 indicadores, que incluyen cifras oficiales provenientes de diversas fuentes nacionales e internacionales y la información derivada de la Encuesta de Opinión Ejecutiva realizada a más de 14.000 empresarios en todo el mundo.
Otros resultados. Además del área institucional, el país reportó una menor competitividad en infraestructura (por malas carreteras) y el entorno macroeconómico atribuido al déficit fiscal del Gobierno.
Mientras que mostró una posición de liderazgo a nivel mundial en los pilares de salud y educación primaria.
Alberto Trejos, decano de la Facultad de Incae Business School, señaló que se debe pensar diferente para resolver los problemas que enfrenta Costa Rica.
"En el país se duran 900 días para aprobar una ley, eso es terrible. Hay que cambiar porque el país evoluciona lento", recalcó el investigador.
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Roberto Thompson, alcalde de Alajuela, coincidió en que se deben buscar formas para evitar los atrasos en el desarrollo del país.
"En Alajuela, para cambiar una señal de alto hay que recurrir a una oficina del MOPT (Ministerio de Obras Públicas y Transportes) y tardamos seis meses en una respuesta. Hay que hacer un llamado de atención, porque hay falta de coordinación y duplicidad de funciones en las instituciones", recalcó el político.
Francisco Gamboa, director de la Cámara de Industrias, señaló que la baja en el índice de competitividad no sorprende, por los problemas de la red vial nacional y pide que se declare la "guerra oficial" a la tramitomanía.
José Manuel Quirce, presidente de la Cámara de Comercio Exterior, enfatizó que el país no logra avanzar suficientemente rápido para mejorar la competitividad.
"Es frustrante saber que tenemos la posibilidad de hacer obra pública y mejorar, pero no lo logramos por diferentes circunstancias", dijo el empresario.