Al país le tomó 34 años tener la inversión social pública por persona que poseía en 1980.
Fue en el 2014 que Costa Rica volvió a alcanzar un monto real de inversión social de ¢254.000 por persona (excluye las variaciones por inflación).
No obstante, las restricciones fiscales actuales sugieren que esta recuperación es precaria, no es generalizada y muestra síntomas de comenzar a desacelerarse.
Así lo señala un estudio del investigador Juan Diego Trejos, incluido en el Vigesimoprimer Informe del Estado de la Nación, publicado por el Programa Estado de la Nación.
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La inversión social influye en la calidad de vida de las personas, pues son erogaciones en educación, salud, seguridad social, vivienda y territorio, así como cultura y recreación.
Con la crisis de inicios de los 80, dicha inversión cayó y los problemas fiscales hicieron muy lenta su recuperación.
Para Trejos, el rezago en educación que vive hoy el país, el cual golpea más a los pobres, es una de las principales secuelas de esa crisis.
Por sector. La estimación por persona proviene del “dato grueso” de la inversión social pública que genera la Secretaría Técnica de la Autoridad Presupuestaria del Ministerio de Hacienda para el sector público consolidado.
Trejos realizó una depuración de las instituciones que se incluyen en cada sector para analizar la evolución por área.
El investigador concluyó que en esa recuperación influyó el aumento en recursos para la educación y la seguridad social. El sector salud perdió participación respecto del total. Vivienda, por su parte, presenta un comportamiento oscilante, pero una recuperación desde el 2011.
Cultura y recreación representan un porcentaje muy pequeño (0,9% del total).
El aumento en educación es marcadamente mayor en la educación postsecundaria o superior (parauniversitaria y universitaria), señaló Trejos.
Miguel Ángel Gutiérrez, viceministro de Planificación Institucional y Coordinación Regional del Ministerio de Educación, aseguró que actualmente trabajan en acciones para aumentar la cobertura de los servicios educativos, especialmente en el planteamiento de la educación en la primera infancia.
En seguridad social, se incluyen las pensiones con cargo al Presupuesto Nacional y eso explica parte del incremento, lo cual hace que la mayor inversión social no sea siempre una buena noticia, advierte el informe.
En salud, la pérdida de participación es un fenómeno que viene desde años atrás, donde la crisis financiera de la Caja Costarricense de Seguro Social no ha permitido que la inversión social en salud se recupere.
¿Se puede sostener tendencia? Para Ana Helena Chacón, segunda vicepresidenta de la República y coordinadora del sector social, si bien contar con más recursos fiscales es necesario, tal cosa no es indispensable para el financiamiento de buena parte de esta inversión social.
Citó como ejemplo, la reforma a la Ley del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf) del 2009, que obliga a todos los patronos (con excepciones mínimas) a depositar en el fondo un 5% mensual del monto de la planilla. “De modo que no veo imposible, ni mucho menos insostenible seguir con la línea de inversión social que tenemos”, aseguró Chacón.