Washington. AFP y AP. El presidente Barack Obama autorizó ayer el desplazamiento de 450 soldados estadounidenses suplementarios en Irak para acelerar la formación de tropas iraquíes comprometidas en la lucha contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Esta decisión busca “mejorar la capacidad y la eficacia de nuestros socios en el terreno”, indicó la Casa Blanca en un comunicado, y precisó que esos soldados, como los 3.100 que ya están en el lugar, no participarán en operaciones de combate.
El mandatario aprobó además la entrega inmediata, en coordinación con el Gobierno iraquí, de material militar a las fuerzas iraquíes, que “comprende a los peshmergas (combatientes kurdos) y a combatientes de tribus locales que operan bajo comando iraquí”.
En total, Estados Unidos y sus socios de la coalición han dado una formación militar básica a unos 9.000 militares iraquíes. Otros 3.000 efectivos están en curso de formación.
“Estos nuevos consejeros trabajarán para reforzar la capacidad de las fuerzas iraquíes, que incluyen a combatientes de tribus locales, y mejorar su capacidad de planificar y poner en práctica las operaciones contra el EI”, precisó el comunicado.
El plan no constituye un cambio en la estrategia estadounidense , dice el Gobierno, sino que responde a la necesidad de involucrar más a los sunitas en la lucha, una debilidad de la misión actual.
Además, aún persisten las interrogantes acerca de la disposición del Gobierno iraquí, de mayoría chiita, de reclutar combatientes, especialmente entre las tribus sunitas, para desalojar al Estado Islámico de Ramadi y Faluya, una ciudad cercana en manos de los extremistas desde hace más de un año.
Hasta ahora, las autoridades iraquíes han preferido movilizar las fuerzas iraquíes entrenadas por Estados Unidos en formaciones defensivas en torno a la capital, Bagdad.