La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) votó ayer una resolución en la que exhortó a los Estados con embajadas en Jerusalén para que se retiren de la ciudad.
La resolución, no vinculante, recibió 130 votos a favor, dos en contra y 10 abstenciones.
Costa Rica y El Salvador son los únicos países en el mundo cuyas legaciones se encuentran en la Ciudad Santa, pese a los reiterados llamados de la ONU para que las trasladen a Tel Aviv.
De acuerdo con la Organización, la ley básica israelí que proclama a Jerusalén como la capital eterna e indivisible del Estado judío es "ilegal y por lo tanto nula e inválida".
El canciller costarricense, Roberto Rojas, aseguró ayer mediante un comunicado de prensa que Costa Rica mantendrá su embajada en Jerusalén.
Entre tanto, la Cancillería salvadoreña, consultada ayer por La Nación vía telefónica sobre el tema explicó que no se referirán al asunto sino hasta hoy.
Trasfondo
De acuerdo con Luis Guillermo Solís, experto costarricense en política exterior, es poco probable que nuestro país traslade en el corto o mediano plazos su embajada.
Esto por cuanto, manifestó, se trata de una decisión "política que refleja principios y valoraciones compartidas con Israel".
Lo anterior se hizo sentir en el comunicado de la Cancillería tica: "En aras de mantener la continuidad y coherencia de la política exterior nacional, (Costa Rica) ha mantenido esa decisión".
Solís comentó que desde hace 21 años la ONU exhorta a nuestro país para que traslade la sede.
En 1980, la Organización emitió una resolución para que todos los Estados ubicaran sus embajadas en Tel Aviv. Un año después, Rodrigo Carazo acató la decisión.
Sin embargo, el 8 de mayo de 1982, el entonces presidente Luis Alberto Monge y su canciller Fernando Volio Jiménez trasladaron nuevamente la embajada a Jerusalén.
Esta situación, comentó Solís, generó el repudio de la mayoría de estados árabes que, de inmediato, cortaron sus relaciones diplomáticas con Costa Rica.
Solo tres países decidieron mantener nexos, los cuales se extienden en la actualidad: Marruecos, Argelia y República Árabe Saharahuí.