“Declaración de liberación. Levantad vuestras cabezas. Sois libios libres”, declaró el vicepresidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) y portavoz de las nuevas autoridades, Abdel Hafez Ghoga, durante una ceremonia celebrada tres días después de la caída de Sirte –último bastión gadafista– y de la muerte del “Guía”.
Pero las imágenes y videos tomados en el momento de su arresto en Sirte, sugieren otras hipótesis, entre ellas la de una ejecución sumaria.
Miles de personas, haciendo ondear la bandera verde, negra y roja de la nueva Libia, se concentraron en la plaza central de Bengasi, segunda ciudad del país y origen de la revuelta contra el régimen de Gadafi, para seguir en directo la ceremonia de proclamación.
En ella se rindió homenaje a los combatientes muertos, cuyos familiares exhibieron fotografías, así como a los heridos y desaparecidos en el conflicto, que según el CNT causó más de 30.000 muertos en ocho meses.
El presidente del CNT, Mustafá Abdeljalil, reiteró en su discurso que la nueva Libia “en tanto que país islámico, adoptará la
El anuncio oficial del fin de ocho meses de rebelión armada debe suponer el inicio de un proceso político que debería acabar con la convocatoria de elecciones generales en un periodo de unos 20 meses.
Según la hoja de ruta publicada en setiembre, el CNT prevé la formación de un gobierno de transición un mes después, como máximo, tras anuncio de la liberación.
Ese gobierno deberá organizar dentro de ocho meses la elección de una asamblea nacional que designará a un comité encargado de redactar una nueva constitución, y organizará elecciones generales en un plazo máximo de un año.
Sin embargo, las múltiples disputas dentro del CNT pueden complicar las negociaciones para formar gobierno.
En esta organización formada por opositores a Gadafi conviven liberales e islamistas, con tensiones regionales, rivalidades tribales, ambiciones individuales y la codicia por el control del petróleo.