Nueva York. El diálogo entre Washington y Pyongyang ha permitido "progresos reales" de cara a la organización de la cumbre histórica entre Kim Jong Un y Donald Trump, quien espera recibir el viernes un mensaje del dirigente norcoreano sobre este tema.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se mostró optimista al término de su reunión con el brazo derecho de Kim. Aseguró que las conversaciones con Corea del Norte van "por el buen camino".
Pero explicó que la efectiva realización de la cumbre está en manos de Pyongyang, al destacar que aún el gobierno norcoreano no ha tomado la decisión de abandonar su programa nuclear, una de las condiciones de Washington para que se realice el esperado encuentro.
El jefe de la diplomacia estadounidense, sin embargo, aprovechó también para halagar al líder norcoreano expresando que se espera dé un paso adelante: "El presidente Trump y yo creemos que el presidente Kim es el tipo de líder que puede tomar ese tipo de decisiones", subrayó.
Pompeo mantuvo el encuentro con el general Kim Yong Chol, el funcionario de mayor rango de Pyongyang que visita Estados Unidos en los últimos 18 años, y con quien ya se había reunido en dos ocasiones en Corea del Norte.
Antes de las palabras de Pompeo, Trump dijo a periodistas que estaba "ansioso de ver lo que hay en esa carta" del líder norcoreano, indicando que sus emisarios actualmente en Nueva York irían “probablemente” el viernes a Washington para entregársela.
Este jueves la agencia oficial norcoreana KCNA difundió una declaración del líder tras un encuentro con el ministro de exteriores ruso Serguei Lavrov en Pyongyang: "Kim Jong Un dijo que la voluntad de la República Democrática de Corea de dirigirse hacia la desnuclearización de la península coreana sigue sin cambios, coherente y fija".
Kim sostuvo que aguarda que las relaciones bilaterales y la desnuclearización de la península coreana "sean abordados etapa por etapa" y que "la solución de los temas progrese mediante un proceso de diálogo y negociación que sea efectivo y constructivo".
El jefe de la diplomacia estadounidense y el general norcoreano habían ya cenado la noche del miércoles en el apartamento de un diplomático estadounidense cerca de la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
"Fue genial", comentó el Secretario de Estado a periodistas al retirarse del lugar donde se celebró el encuentro.
Menos de una semana después de que Donald Trump anulara la cumbre con Kim Jong Un por la "hostilidad" de Corea del Norte, el objetivo de las discusiones era resolver la agenda, con el principal obstáculo probablemente anclado en el concepto de "desnuclearización", algo que ambas partes dicen estar a favor pero que definen de forma diferente.
Kim Yong Chol tiene programado viajar a Washington el viernes para reunirse con Trump y entregarle la “carta personal” de Kim Jong Un, confirmó el Departamento de Estado.
Enviados norcoreanos y estadounidense también se reunieron en Panmunjom, en la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas, mientras que una misión de Estados Unidos ya estaba en Singapur haciendo trabajos logísticos de cara a la cumbre.
Paralelamente, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov se reunió en Pyongyang con el líder norcoreano, Kim Jong Un, y pidió cautela ante las expectativas tan altas creadas alrededor de la cumbre.
También instó a ambas partes a "evitar la tentación de exigir 'todo y ahora¿", en alusión a la voluntad estadounidense de que Corea del Norte realice una "desnuclearización completa, verificable e irreversible". Un punto, según Pompeo, compartido "sin divergencias" con Seúl y Tokio.
Analistas aseguran que el régimen de Pyongyang no está dispuesto a ceder en sus ambiciones nucleares a menos que le den garantías de que Estados Unidos no intentará derrocar al régimen.
"Creemos que es muy importante tratar estos contactos de una forma muy delicada, no hacer movimientos bruscos para acelerar artificialmente el proceso que requiere una cantidad significativa de tiempo", expresó Lavrov, según una transcripción publicada por el ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
"Llamamos a todas las partes involucradas para que sean conscientes plenamente de su responsabilidad de no permitir que se rompa este proceso tan importante, pero aún frágil", agregó Lavrov, al tiempo que señaló la disposición de Rusia a contribuir en el esfuerzo diplomático.
Antes de su viaje a Pyongyang, Lavrov habló por teléfono el miércoles por primera vez con Pompeo.