Quito. El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017), convertido en el principal opositor a Lenín Moreno, regresará el viernes al país para encabezar la campaña por el no a la reforma que eliminaría la reelección indefinida y, por tanto, le impediría volver a la presidencia.
El regreso de Correa -quien había anunciado que llegaría el jueves desde Bélgica, donde vive tras dejar el cargo en mayo último- augura un nuevo pulso con su expartidario Moreno en medio de una pugna de poder que mantiene en crisis al movimiento de izquierda Alianza País (AP).
“Viene a impulsar la campaña por el no en una consulta que es inconstitucional, ilegal e ilegítima”, dijo el jueves Ricardo Patiño, presidente encargado del ala correísta en el fraccionado partido oficialista.
Añadió que el exmandatario arrivará a Guayaquil (suroeste) para promover el no durante el no durante el mes de campaña electoral para el referendo del 4 de febrero.
Moreno, exvicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, planteó una enmienda constitucional para eliminar la reelección indefinida que hizo aprobar su antecesor, convertido en el principal enemigo político y que no ha descartado la posibilidad de ser candidato en 2021.
Correa “estará acá para apoyar y, por supuesto, ponerse al frente de la campaña por el no, porque la figura política de él es descollante”, señaló Patiño, exministro del correísmo y que renunció a la función de consejero de Moreno en medio de la crisis de AP.
El correísmo acusa a Moreno, presidente de AP reconocido por el Consejo Electoral, de aliarse con la oposición para hacer “desaparecer el legado” de la denominada “revolución ciudadana” impuesta por Correa tras una década de inestabilidad democrática en Ecuador.
“El pueblo no votó por esto; el pueblo votó por la continuación de la revolución ciudadana”, apuntó Patiño.
Moreno llamó el miércoles, cuando se inició la campaña, a respaldar su consulta “porque depende muchísimo de su resultado la capacidad de ejercer la gobernabilidad sin ninguna cortapisa, sin ninguna traba”.
“Es una restricción de derechos” la eliminación de la reelección indefinida, indicó Patiño.
Moreno busca restablecer la reelección por una sola vez, que originalmente contemplaba la Carta Magna en vigencia desde 2008, lo que inhabilitaría a Correa para la presidencia.
En su administración, Correa consiguió una decena de holgadas victorias electorales consecutivas.
“Correa ha pasado de tener una concentración absoluta de poder a la posición poco privilegiada en la que está”, sostuvo el politólogo Santiago Basabe.
El catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito apuntó que Correa “si pierde la consulta, que al menos al día de hoy parecería ser lo más probable, va a sufrir un revés político importante”.
Unos 13 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas para responder siete preguntas, entre las que además se propone reestructurar un órgano creado por Correa para designar autoridades electorales y de control.
“En caso de ganar el si, implicaría que Lenin Moreno tendría todos los poderes en sus manos. Sería una clara dictadura civil que tendríamos en el país porque se apoderaría de las funciones electoral, jurisdiccional, de control”, expresó Patiño.
Moreno, cuya gestión es aprobada por 71% según una encuesta de Cedatos, tiene el respaldo de sectores de oposición para su consulta, dirigida también a inhabilitar a condenados por corrupción a participar en política.
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Jorge Glas, aliado de Correa, dejó el miércoles de ser vicepresidente de Moreno ante la falta definitiva (por más de tres meses) en el cargo al permanecer en la cárcel desde el 2 de octubre último, por recibir 13,5 millones de dólares en sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.
En diciembre, un tribunal condenó en primera instancia a seis años de cárcel a Glas, cuyo sucesor será elegido por el Congreso de una terna que deberá presentar Moreno.