Jerusalén. El primer ministro Benjamín Netanyahu, inculpado por corrupción, clamó “victoria” este lunes en el tercer duelo electoral en menos de un año en Israel, en momentos en que los sondeos a boca de urna, divulgados tras el cierre de los colegios electorales, le daban ventaja sobre su riva Benny Gantz.
Según esas consultas, el Likud, el partido de Netanyahu, lograría entre 36 y 37 escaños de los 120 del Parlamento, mientras que la formación Azul-Blanco, de,Gantz, habría ganado entre 32 y 36 curules.
“Se trata de una gran victoria para Israel”, tuiteó el primer ministro, quien también expresó su agradecimiento a los votantes, tras la difusión de las primeras estimaciones. Con sus aliados de la derecha y de los partidos ultraortodoxos, Netanyahu podría conseguir unos 60 escaños, rondando el umbral de la mayoría de la Knéset, el Parlamento, fijado en 61.
Por lo tanto, se halla en una posición sólida para formar el próximo gobierno y poner fin a la crisis política más larga de la historia del país.
“Aunque todavía tenemos que esperar los resultados finales, no hay duda de que el primer ministro Netanyahu recibió un mandato claro de la población israelí”, dijo Yohanan Plesner, presidente de Israel Democracy Institute, un centro de investigación de Jerusalén.
Gantz reconoció el martes que estaba decepcionado con los resultados de su partido, que quedaría segundo. “Comparto su sentimiento de decepción y dolor. Contábamos con otro resultado”, declaró a sus partidarios en Tel Aviv.
El miedo al coronavirus no pareció haber afectado a la participación, según las primeras indicaciones de la Comisión Electoral, que dio cuenta de una tasa de participación de 65,6% a las 8 p. m. (12 mediodía en Costa Rica), dos horas antes de que cerraron los colegios. Esto representa una subida de dos puntos respecto a la misma hora en las últimas elecciones, en setiembre.
Con la votación, se trataba de poner fin a la crisis política más importante de la historia del Estado hebreo, tras los comicios de abril y de setiembre del 2019, en los que el Likud y Azul-Blanco quedaron muy igualados.
Pero, desde las últimas elecciones, se había producido un cambio importante: el procesamiento de Netanyahu (70 años), quien se convirtió en noviembre en el primer jefe de Gobierno en la historia de Israel en ser inculpado, concretamente por corrupción, malversación y abuso de confianza.
A dos semanas de que empiece su proceso, el 17 de marzo, Netanyahu se jugaba su futuro político en esta cita electoral.
“Qué bofetada en la cara” de los fiscales, reaccionó en Twitter el analista político Amit Segal, comentando los resultados preliminares.
Obligados a buscar aliados
El Likud y Azul-Blanco necesitan el apoyo de otros partidos.
Los aliados de Netanyahu, las formaciones ultraortodoxas del Shass, del Judaísmo Unificado de la Torá y de la Lista Yamina (derecha radical) sacaron buenos resultados, según las primeras proyecciones.
Azul-Blanco cuenta con el apoyo de los partidos de izquierdas, cuyos primeros resultados parecían bastante decepcionantes (6 o 7 bancas en total).
El líder de la izquierda, Amir Peretz, acusó a Gantz de haber llevado a cabo "una campaña irresponsable" que ha "socavado" todo su bloque.
Gantz había endurecido el tono contra la Lista Unida de los partidos árabes israelíes, unos aliados potenciales que en setiembre causaron una gran sorpresa al quedar en tercer puesto con 13 bancas.
El objetivo de la Lista Unida es cortarle el paso a Netanyahu, al que consideran el “padrino” del plan del presidente estadounidense Donald Trump para solucionar el conflicto israelí-palestino.
Las miradas podrían acabar dirigiéndose hacia Avigdor Lieberman, jefe de la formación nacionalista laica Israel Beitenou, que de momento no se alineó con ningún bando.
Ganó la ‘anexión’
Los palestinos, por su parte, lamentaron los resultados proyectados por los sondeos, que darían una victoria a los partidarios de “la anexión”, según Saeb Erakat, secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). “La colonización, la anexión y el apartheid ganaron”, señaló Erakat en un comunicado.
Netanyahu centró su campaña en esa iniciativa, prometiendo la rápida anexión del valle del Jordán y colonias israelíes en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel en 1967, como contempla el proyecto estadounidense.
Gantz, quien también apoya el plan de Trump, hizo campaña sobre los problemas judiciales del primer ministro, en el poder durante 14 años, los diez últimos sin interrupción.
La campaña electoral estuvo marcada por los escándalos, duras declaraciones e incluso conversaciones personales de responsables políticos que fueron grabadas a sus espaldas y luego divulgadas por los medios de comunicación.
“No merecemos otra campaña sucia y deplorable como la que ha terminado hoy y no merecemos esta inestabilidad sin fin. Merecemos un gobierno al servicio de la población”, declaró el presidente israelí, Reuven Rivlin, tras haber votado en Jerusalén.