Tegucigalpa. El expresidente Manuel Zelaya, líder de la oposición hondureña, exigió este martes revisar la totalidad de las 18.000 mesas electorales del pasado 26 de noviembre, para descartar la posibilidad de un fraude a favor de la candidatura del presidente Juan Orlando Hernández.
Zelaya rechazó así una propuesta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de revisar 5.173 actas que la oposición había señalado como alteradas, al considerar que la única manera de evitar un fraude es revisar la totalidad de mesas electorales.
“La posición nuestra es que debe de haber un cotejamiento total entre cuadernillo, acta y votos en la urna, o sea, abrir las urnas, conteo total, conteo completo para evitar la contaminación” del resultado, afirmó a la AFP Zelaya, coordinador de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura que postuló al presentador de televisión Salvador Nasralla, de 64 años, a la presidencia.
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Sin presidente
Como alternativa, Zelaya planteó la posibilidad de anular el proceso electoral, al señalar que “la ley contempla la nulidad cuando se presenta una demanda”.
A 10 días de las elecciones, Honduras desconoce quién gobernará el país por los próximos cuatro años, en medio de denuncias de fraude a favor del presidente Hernández, de 49 años, candidato del derechista Partido Nacional (PN).
Las sospechas de irregularidades en el proceso han desatado multitudinarias manifestaciones, algunas violentas, que llevaron al gobierno a instaurar un estado de sitio, incluido un toque de queda nocturno.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, llamó a la dirigencia de la Alianza a llevar sus 5.173 actas para cotejarlas con las que tenía el organismo administrador del proceso.
En un principio, la Alianza solicitó la revisión de esas actas por considerar que habían sido alteradas, pero Zelaya indicó que eso sería insuficiente para evitar un posible fraude.
Rebelión popular
A la revuelta popular por el convulsionado proceso electoral se sumaron cientos de policías élites y preventivos que dicen estar cansados de atacar a la población.
“La verdad es que no queremos seguir peleando con el pueblo”, dijo a la AFP un oficial que cubría su rostro con un pasamontañas frente a la sede del grupo especial antimotines “Cobra”, en el norte de la capital.
“Lo que exigimos es que haya paz, que se resuelva ya este problema y que no haya más muerte”, añadió.
La jefatura de la Policía Nacional inició un dialogo con los uniformados a quienes se les prometió el pago adelantado de una bonificación de fin de año, pero los agentes inconformes insisten en que su demanda principal es evitar la confrontación con los manifestantes.
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En diferentes partes del país, los policías fueron recibidos la noche del lunes con vítores y aplausos. Y miles de personas protestaron levantando barricadas y golpeando cacerolas.
Organismos internacionales que observaron las elecciones respaldaron el llamado a verificar esas actas cuestionadas. “El único camino posible” para superar la crisis es que se acoja el reclamo, sentenció el expresidente boliviano Jorge Quiroga, jefe de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), tras enumerar una larga lista de deficiencias en el proceso electoral.
La proclamación del próximo presidente pueda llevar unos 22 días mientras se resuelven posibles impugnaciones, según Matamoros.
Zelaya denunció a la AFP que las actas alteradas habrían sido ingresadas al sistema de cómputo después de una serie de interrupciones del sistema el pasado miércoles, una de las cuales se extendió por cinco horas.
Los temores de fraude vienen desde la elección pasada, en el 2013, cuando Hernández venció a Xiomara Castro, esposa de Zelaya, derrocado en el 2009.