Washington. El presidente estadounidense Donald Trump decidió postergar la toma de una decisión sobre eventual transferencia de la embajada en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén, informó este lunes un vocero de la Casa Blanca.
“El presidente ha sido claro: no es una cuestión de ‘si’, sino una cuestión de ‘cuando’. Pero no será adoptada ninguna decisión hoy (por este lunes) y haremos un anuncio en los próximos días”, dijo el portavoz Hogan Gidley.
Ya en la campaña electoral Trump había sugerido trasladar la embajada a Jerusalén, en una propuesta que generó una viva polémica en toda la región del Medio Oriente, ya que reconoce a Jerusalén como la capital israelí, opción que los palestinos y parte de la comunidad internacional rechazan de plano.
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Trump participó el pasado viernes de una extensa reunión en la Casa Blanca para tratar de definir un mecanismo legal para autorizar la transferencia de la embajada o reconocer a Jerusalén como capital israelí.
Desde 1996 los presidentes estadounidenses deben firmar cada seis meses un memorando al Congreso certificando la permanencia de la embajada en Tel Aviv, y este lunes vence la actual autorización en vigor.
Fuentes no identificadas dijeron al diario Washington Post el sábado que una opción en análisis por la Casa Blanca era reconocer a Jerusalén como la capital israelí y dejar la transferencia de la embajada para más adelante.
Trump se comunicó telefónicamente este lunes con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien le expresó al mandatario estadounidense su “preocupación” ante la posibilidad de que Washington reconozca unilateralmente a Jerusalén como capital israelí.
De acuerdo con una nota oficial del palacio del Elíseo, en París, Macron “recordó que la cuestión del estatus de Jerusalén deberá ser regulada en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos”.
No se hizo esperar la reacción del mundo musulmán, que advirtió sobre el riesgo de bloquear un acuerdo de paz con los palestinos.
“Gran catástrofe”, “escalada”, “violencia”... los aliados de los palestinos multiplicaban el lunes sus advertencias.
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Los palestinos han estado presionando a líderes regionales para que se opongan a la decisión de Washington y el movimiento islamista Hamás, que controla la franja de Gaza, amenazó con una nueva “intifada”.
Modificar el estatuto “histórico” de Jerusalén causaría “una gran catástrofe” y “pondría fin al proceso de paz” entre israelíes y palestinos, declaró el portavoz del gobierno turco Bekir Bozdag durante una rueda de prensa.
Tal decisión de la administración estadounidense “abriría el camino a nuevos enfrentamientos, nuevas disputas, más inestabilidad en la región y acontecimientos imprevisibles”, dijo.
Jordania advirtió a Estados Unidos sobre “las graves consecuencias” de un eventual reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, anunció el ministerio de Relaciones Exteriores jordano.
Esa decisión fomentará la violencia y no contribuirá al proceso de paz, advirtió Jordania, guardiana de los lugares santos musulmanes de Jerusalén.
La posición jordana fue comunicada por el ministro jordano, Ayman Safadi, en una conversación telefónica con su homólogo estadounidense Rex Tillerson.
Por su lado, el líder de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, advirtió que si se decide emplazar la embajada estadounidense en Jerusalén, el hecho podría impulsar al fanatismo y a la violencia en la región.
“Es desafortunado que algunos insistan en dar estos pasos, sin que les importe el peligro que implica para la estabilidad de Oriente Medio y del mundo entero”, expresó Abul Gheit en declaraciones a la prensa.
Si Trump anuncia el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén podría causar furia en el mundo árabe y complicar los intentos de su yerno y consejero, Jared Kushner, en las negociaciones de paz que lleva adelante entre israelíes y palestinos.
Kushner, de 36 años y jefe del reducido equipo negociador de la Casa Blanca, hizo una inusual aparición pública el domingo en la que dio un tono optimista a sus gestiones para alcanzar un acuerdo entre israelíes y palestinos.