Las defensas aéreas rusas informaron este sábado que derribaron 126 drones ucranianos durante la noche en esa región, mientras que las fuerzas ucranianas afirmaron haber interceptado 130 proyectiles lanzados por Moscú en distintas zonas del país.
El Ministerio de Defensa ruso detalló que 64 de esos drones fueron abatidos sobre Volgogrado y la vecina Voronej, en el sur de Rusia. El resto fueron neutralizados en regiones fronterizas.
Por su parte, la Fuerza Aérea de Ucrania reportó la destrucción de 130 drones Shahed, de fabricación iraní, en 14 regiones del país. Además, informó que Rusia lanzó durante la noche dos misiles balísticos.
Este nuevo intercambio de ataques ocurre luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propusiera a ambas partes un alto el fuego de 30 días en el conflicto que inició en febrero de 2022 con la invasión rusa a Ucrania.
Primeros pasos hacia cese al fuego
El mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, aceptó la propuesta tras presiones de Washington, especialmente luego de que Trump lo reprendiera públicamente en febrero en el Despacho Oval.
Este mismo sábado, el mandatario ucraniano instauró una “delegación” con vistas a negociar “una paz justa” con Rusia, según un decreto publicado por medios oficiales.
De acuerdo con el texto, el equipo estará integrado por el jefe de la oficina presidencial, Andrii Yermak, el canciller Andrii Sibiga, el ministro de Defensa, Rustem Umerov, y el jefe adjunto del gabinete presidencial, Pavlo Palisa, quienes tendrán el cometido de hablar con los “socios internacionales” de Ucrania.
Los cuatro conformaron la delegación en las conversaciones del martes en Arabia Saudita con Estados Unidos, en las que Kiev respaldó la idea de proponer a Rusia una tregua de 30 días.
En contraste, el presidente ruso, Vladímir Putin, manifestó reservas y advirtió que existen “cuestiones importantes” que deben resolverse antes de considerar una tregua.
El Ministerio de Defensa ruso también anunció la recuperación de dos localidades en la región de Kursk, ocupadas por el ejército ucraniano desde agosto de 2024 con la intención de utilizarlas como moneda de cambio en eventuales negociaciones con Moscú.
Las fuerzas rusas retomaron gran parte de ese territorio en la última semana mediante una contraofensiva exitosa.
El presidente Zelenski reconoció que sus tropas enfrentan una situación “muy difícil” en esa zona.