Berlín
La canciller alemana, Ángela Merkel, prometió el pleno empleo en Alemania al lanzar el lunes su campaña electoral hacia los comicios legislativos de setiembre, en los que parte favorita para permanecer en el cargo por un cuarto mandato de cuatro años.
Su rival, el socialdemócrata Martin Schulz, comenzó su batalla hace varios meses prometiendo "más justicia social", reducciones de impuestos para los sectores populares y de la clase media, así como mayor presión a los sectores más acomodados.
Merkel, fiel a su táctica desde su llegada al poder en 2005, que reposa en evitar la confrontación directa para no dar aire a sus adversarios, no dijo prácticamente nada hasta ahora de lo que cuenta hacer.
Prefiere poner en adelante su personalidad y su balance, como la tasa de desempleo de 5,8% en junio. La llegada de más de un millón de migrantes en el 2015 y el 2016, lo que la fragilizó durante un tiempo, parece olvidada.
El lunes, la líder del partido conservador, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), presentó el programa común para esta elección junto a su aliado bávaro, la CSU (Unión Social Cristiana de Baviera).
"Nos fijamos como objetivo alcanzar el pleno empleo en el 2025", anunció ante la prensa la canciller saliente, de 62 años, en el poder desde el 2005.
Sí es posible. "Si hubiésemos hablado de ello en el 2005, la gente hubiese reído, entonces tenía que asumir 5 millones de desempleados", dijo Merkel.
"Ahora, en el 2017, logramos reducir a la mitad esa cifra y ahora decimos que queremos dividir nuevamente por dos la cantidad de parados, a menos de 3% de la tasa de desempleo; es lo que se llama pleno empleo", agregó.
El eslógan oficial de la campaña para las elecciones del 24 de setiembre es "Alemania, un país en donde está bien vivir", como un eco al de la elección del 2013 ("El futuro de Alemania en buenas manos").
Merkel saca una ventaja de 15 puntos en los sondeos a su rival del SPD (Partido Socialdemócrata), Martin Schulz, que suma las derrotas luego de crear ilusión a principios del año.
Si Merkel logra un cuarto mandato se ubicaría en el tercer lugar en longevidad en el poder, detrás de Konrad Adenauer (1949-1963) y de su mentor, Helmut Kohl (1982-1998).
Su programa prevé 15.000 puestos de policías federales adicionales, la construcción de 1,5 millones de nuevas viviendas para el 2019 y sobre todo al menos 15.000 millones de euros en reducción de impuestos a los ingresos de unidades fiscales modestas y medias.
Bajar impuestos es una manera para los conservadores de distinguirse de los socialdemócratas que quieren utilizar el excedente fiscal para inversión pública.
Constituyen también una ayuda para el consumo interior y debería ser bien recibido por los socios comerciales de Alemania, entre ellos Estados Unidos que reprocha al país de exportar masivamente pero de comprar muy poco.
En paralelo, Ángela Merkel parece decidida a reconquistar una parte del electorado que con la crisis migratoria abrazó las ideas de la derecha nacionalista AfD.
"Haremos todo para reforzar las fuerzas de seguridad", prometió el domingo el jefe de los diputados conservadores, Volker Kauder, en una entrevista con la AFP.
Además, la CDU presentó los afiches de campaña en donde los colores negro, amarillo y rojo de la bandera alemana están omnipresentes. Un símbolo fuerte en un país en donde la población sigue incómoda frente a la expresión del patriotismo.
A pesar de la alianza de los conservadores, la CDU y el CSU difieren sobre un punto: el de los migrantes. El ala bávara del movimiento conservador continúa reclamando un límite anual a la cantidad de refugiados en Alemania, en 200.000, lo que Merkel rechaza.
Este pedido no figura en el programa común del partido, pero será visible en Baviera. "Estamos de acuerdo sobre el hecho de que no estamos de acuerdo", suspiró el domingo el ministro de Interior, Thomas de Maizière.