Muchos niños llegan a los servicios de Emergencias por súbitos dolores de cabeza, vómitos, sangrados, “pelotas” en diferentes regiones, dolores musculares o molestias en articulaciones.
Así inicia una chequeo que acaba en el diagnóstico de un cancer infantil. De hecho, 3 de cada 10 menores con tumores malignos son detectados tras una consulta de emergencia.
La cifra del Hospital Nacional de Niños sirve de alerta para que padres y encargados presten atención a los cambios abruptos en la salud de su hijos.
“Si bien el cáncer constituye la cuarta causa de muerte en el niño mayor de un año, en la actualidad, con el diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, alrededor del 75% de estos pacientes se logra curar”, asegura el oncólogo pediatra, Juan Manuel Carrillo.
En promedio, en el Hospital Nacional de Niños detecta 154 nuevos niños con cáncer al año, un número mucho menor a los casi 10.000 casos de tumores malignos en adultos, anualmente.
Los síntomas del cáncer en niños son variados y pueden confundirse con otras enfermedades comunes como infecciones banales, como la gripe o las diarreas virales.
Carrillo insistió en que es importante la vigilancia de los padres sobre los síntomas persistentes en los niños, especialmente para ser muy precisos al brindar información a los médicos.
La noche de este miércoles se jugarán los 90 Minutos por la Vida con el objetivo de recaudar fondos para la Asociación Lucha Contra el Cáncer Infantil .
Los encuentros entre los cuatro equipos tradicionales del país, Herediano, Saprissa, Alajuelense y Cartaginés, se realizará en el Estadio Nacional, en La Sabana.
A continuación, el oncólogo Juan Manuel Carrillo detalla signos de sospecha por cáncer en niños. Estos síntomas se presentan en otras enfermedades, pero es importante determinar si es persistente el cuadro para descartar el cáncer.
- Masa abdominal.
- Fiebre prolongada y sin causa aparente.
- Palidez, cansancio y/o pérdida de peso.
- Dolores de cabeza frecuentes acompañados de vómito expulsivo (persistentes y sin causa aparente).
- Vómitos expulsivos, que pasan de las náuseas a la expulsión de inmediato.
- Formación de hematomas (moretones) y petequias (puntos rojos) con facilidad.
- Sangrado anormal.
- Pérdida de equilibrio.
- Cambios en el comportamiento.
- Una luz blanca en uno o ambos ojos.