Para el cura David Solano, la transformación de la población católica tica es evidente.
Él sostiene que la gente no deja de creer masivamente, sino que vive la religión de una forma un poco diferente. No obstante, también reconoce que el número de fieles en el país tiende a descender.
Lo notan los sacerdotes, pero también queda registrado en las investigaciones.
Una de ellas es la Encuesta de Opinión Sociopolítica, realizada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), en la que se evidencia un leve cambio.
En la edición de agosto del 2013 de ese estudio, se encontró que había un 72,8% de personas católicas. Mientras tanto, en marzo de este año se identificó un 69,71%.
“En las iglesias históricas y principalmente en la católica, las personas viven, si no del todo marginadas de la dinámica institucional, sí con un estilo que les permite vincularse y desvincularse”, dijo Solano.
“Lo más importante es que el vínculo no es con la institución, sino con la dimensión de lo sagrado. Eso se viene verificando en la disminución de católicos en el territorio costarricense, el cual ronda un punto porcentual por año”, añadió el sacerdote.
Otras investigaciones. Por otro lado, estudios de varias entidades, llevados a cabo en momentos diferentes y con metodologías distintas, también dan cuenta de la misma tendencia en la población católica tica.
Por ejemplo, la encuesta del Barómetro de las Américas detectó una disminución de 8,8 puntos porcentuales durante los 10 años que transcurrieron entre el periodo que va del 2004 al 2014 (de 74,47% a 65,69%).
A su vez, un reporte publicado en el 2014 por el Pew Research Center (organización estadounidense) registró el paso de un 93% de población católica en 1970 a 62% en el 2014.