Uno de los 13 trenes Apolo acaba de descender el cerro Ochomogo. Un olor a quemado empieza a recorrer los vagones.
El hedor es similar al que expele un carro cuando las fibras de freno se recalientan.
Al mismo tiempo, varios pasajeros se miran entre sí como preguntándose: “¿Qué pasa?”.
Minutos después, el olor desaparece y el tren continúa su camino hasta San José.
Guillermo Santana, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), reconoció que estos problemas se deben a que están usando repuestos de camión en el sistema de frenado de los trenes.
“En este momento estamos utilizando no lo que requieren los trenes, que es específico para vías férreas, sino cosas que se consiguen en el mercado nacional, que no son para trenes, son para camiones y otro tipo de equipo rodante”, afirmó Santana en una entrevista realizada el pasado jueves en su oficina.
El jerarca admitió que temen un accidente en esta ruta.
Cuando el tren sale de San José, a una altura de 1.150 msnm, debe subir hasta los 1.581 msnm de Ochomogo y luego bajar a 1.489 msnm de Cartago.
“Todos los días y a todas horas. Ellos (señala a dos subalternos) son los testigos de que, a veces, a las dos de la mañana, estoy mandando correos”, dijo Santana.
Según datos del Instituto, 829.000 personas utilizaron el servicio de tren entre Cartago y San José durante el 2014.
Santana aseguró que desde hace un año y cinco meses mantienen un proceso de compra abierto en la Contraloría General de la República (CGR), con el fin de adquirir los repuestos adecuados para los ferrocarriles.
“Estamos pidiéndole (a la Contraloría) que nos apure la compra”, concluyó Santana.
Errores de Incofer. Elard Ortega, gerente de la División de Contratación Administrativa de la CGR, aseguró que los atrasos en la transacción se deben a errores de gestión del propio Incofer.
El 11 de febrero de 2014, mediante el oficio DCA-0352, la CGR autorizó a Incofer comprar 8.500 zapatas por un monto de ¢97 millones. Sin embargo, al cotizar los repuestos, las ofertas sobrepasaban el monto autorizado.
Por esta razón, el 28 de noviembre de ese año, por medio del escrito DCA-3159, la Contraloría avaló una contratación directa concursada por ¢106 millones.
En la actualidad, esa contratación está en el proceso de revisión del cartel, el cual tardará cuatro meses y medio, aproximadamente, informó el ente contralor.
En marzo de este año, la Contraloría reprendió al Instituto por la demora en la compra de las 8.500 zapatas de los sistemas de frenos de los trenes.
“Debe llamarse la atención del Incofer respecto de la demora excesiva en la promoción de una contratación directa (...). A la fecha ya han transcurrido más de 3 meses e inexplicablemente tal proceso de contratación está apenas en la etapa de revisión del cartel”, manifestó la CGR en el oficio DCA-0553 del 15 de marzo.
Seguridad. Juan Gabriel Monge, ingeniero mecánico de la Universidad de Costa Rica, explicó que las piezas de camión le dan la misma capacidad de frenado al tren, pero la durabilidad es menor.
“Si hay un recambio a tiempo no hay ningún riesgo de que no vaya a detener la máquina en el momento que tiene que ser”, comentó el experto.
José Rojas, presidente de la Asociación pro Defensa de los Usuarios de Servicios Públicos, calificó de grave la situación.
“Debería pararse el tren, ya que podría causar una enorme desgracia”, aseveró Rojas.