Los 120.000 inmigrantes que cotizan para la Caja, generan suficientes ingresos anuales para cubrir los costos de su propia atención en el sistema de salud.
Tan solo en el 2007, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) percibió casi ¢80.000 millones de las cuotas obrero-patronales de esos trabajadores.
Sin embargo, el costo de la atención de estos inmigrantes apenas fue de un tercio de esa contribución, el año pasado.
Es decir, “consumieron” ¢35.982 millones en 831.751 citas con el especialista y en atención en urgencias, y en 109.531 internamientos durante el año pasado.
“Esos trabajadores están apostando a la seguridad social y, contrario a lo que algunos creen, son contribuyentes activos de la Caja”, dijo el presidente ejecutivo de la CCSS, Eduardo Doryan.
Aportes. Según cálculos del Centro Centroamericano de Población (CCP), en el país hay 400.800 inmigrantes.
De ellos, 230.000 forman parte de la población económicamente activa (PEA). Más de la mitad de ese grupo (52%), están registrados como cotizantes de la CCSS.
Sin embargo, todavía quedan fuera de los beneficios de la seguridad social unos 110.000 inmigrantes en edad productiva (mayores de 12 años que trabajan).
No hay datos sobre cuántos de esos extranjeros pueden estar en condición de indocumentados.
Aunque La Nación solicitó a la CCSS datos sobre el costo de atención de los foráneos indocumentados, no fue posible que los enviaran al cierre de esta edición.
No obstante, según cálculos de este diario con base en información histórica de la Caja, los inmigrantes que cotizan no solo lo están haciendo para cubrir sus propias necesidades en salud.
Sus cuotas también logran cubrir el costo de la demanda de los indocumentados que, de acuerdo con datos de la CCSS del 2004, rondaba los ¢16.000 millones.
Ese costo puede ser cubierto con los ¢44.000 millones que quedan disponibles en el seguro de Salud, luego de rebajar el gasto en atención médica de los inmigrantes que cotizan para la Caja.
Cae mito. “Los inmigrantes, por ser personas jóvenes, usan mucho menos los servicios de salud de lo que aportan a ellos. Son también personas más sanas que el promedio, pues hay un efecto de selección del inmigrante saludable, por lo que no es de extrañar que ellos aporten al sistema más de lo que consumen de él”, dijo Luis Rosero Bixby, director del CCP.
“Un nicaragüense en una cama de hospital es más visible que uno pagando sus impuestos o sus aportes a la CCSS. Eso lleva a algunas personas a creer que los inmigrantes son una carga solamente”, agregó Rosero.
El demógrafo y sociólogo de ese centro, Jorge Barquero, considera que “es usual encontrarse con personas que opinan que los extranjeros son, en gran parte, los culpables por las deficiencias que posee el sistema de atención público de salud en Costa Rica, lo cual es infundado, pues tienen otro tipo de origen”.