Tiene 107 años de edad y dio sus primeros pasos impulsada por carbón. La locomotora N.° 59 sirvió a Costa Rica desde 1939 hasta 1956, como parte de la flota de la Northern Railway Company, empresa que administró los ferrocarriles durante la primera mitad del siglo XX.
Hoy, esta centenaria locomotora de vapor está rejuvenecida en una esquina de la antigua Estación al Atlántico, luego de un proceso de restauración financiado por el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
“Según los registros históricos, esta locomotora fue fabricada en 1907 y corresponde al modelo 2-6-0 de la empresa estadounidense Baldwin Locomotive Works. Fue diseñada para funcionar con carbón. En 1939 fue importada por la Northern Railway Company, como parte de un pedido de siete máquinas”, explicó la arquitecta supervisora de las obras, Cristina Salas, del Centro de Patrimonio. En 1956 se produjo una transición de máquinas impulsadas por carbón hacia un combustible más eficiente, el diésel.
“Muchas de las antiguas locomotoras que funcionaban con carbón fueron desechadas y vendidas como chatarra. La N.° 59 fue adaptada para funcionar con diésel. El tanque con el cual cuenta actualmente es parte de las modificaciones que se le hicieron”, destacó Salas.
Nueva cara. El primer paso para la restauración fue la limpieza general, que se hizo manualmente y a presión. Después se realizó un resane; es decir, se repararon los desperfectos y daños en superficies. Posteriormente se eliminó la corrosión y se estabilizó el metal, en su mayoría acero.
Según explicó Salas, la pintura total de la locomotora –en la que sobresalen los colores negro y verde– obedece a los catálogos de la empresa fabricante.
“Generalmente, las compañías de ferrocarriles encargaban locomotoras adaptadas a sus necesidades a empresas especializadas como Baldwin Locomotive Works, que tenían sus catálogos con acabados propios. Pero también era muy común que las compañías vendieran locomotoras usadas, de segunda mano, a otras empresas y, entonces, se les cambiaba el color a las máquinas”, detalló la arquitecta.
La “ 59” se fabricó en acero con remaches, pero tiene modificaciones en aluminio y soldaduras realizadas en Costa Rica.
Salas aclaró que, de igual forma, los colores originales del fabricante probablemente fueron cambiados cuando la Northern Railway Company importó la máquina.
Con respecto a la reparación de puertas y ventanas, fue necesario sustituir maderas en mal estado, colocar ventanas faltantes e instalar bisagras y pasadores nuevos. Los rótulos originales también fueron restaurados, así como las piezas de bronce.
La estructura de cubierta que resguarda la locomotora N.° 59 del sol, la lluvia y los vándalos también fue intervenida, así como la malla ciclón que la rodea.
Este vestigio de la historia ferroviaria de Costa Rica también se puede apreciar de noche, pues su sistema de iluminación fue remozado.
Las obras fueron ejecutadas por la empresa Ingeniería en Pintura Industrial y Arquitectónica, en conjunto con el restaurador Nelson Araya. La inversión fue de ¢8.450.000.