Cada vez que hay un sonado decomiso de piezas de oro, vasijas y metates de piedra, como el que se le hizo al exdiputado Víctor Hugo Víquez el jueves –durante un allanamiento–, se desata una lluvia de información, mitos, falsedades y preguntas acerca de la tenencia de bienes arqueológicos, su protección y manejo, el papel del Museo Nacional y qué debe hacer la gente.
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A partir de una larga conversación con Leidy Bonilla, arqueóloga del Departamento de Protección de Patrimonio Cultural del Museo Nacional, estas son algunas de las dudas y afirmaciones más comunes: les contamos si son falsas, verdaderas y su correspondiente explicación.
¿Puedo tener piezas precolombinas en mi casa?
No; está prohibido. La ley N° 6703 (Ley sobre Patrimonio Nacional Arqueológico), del 12 de enero de 1982, establece en su artículo 3.° que “son propiedad del Estado todos los objetos arqueológicos, que sean descubiertos en cualquier forma, encontrados a partir de la vigencia de esta ley, así como los poseídos por particulares después de la vigencia de la ley N.° 7 del 6 de octubre de 1938, cuando estos no hayan cumplido con los requisitos exigidos por esa ley”.
Además, la Constitución Política detalla en su artículo 89: “Entre los fines culturales de la República están: proteger las bellezas naturales, conservar y desarrollar el patrimonio histórico y artístico de la Nación, y apoyar la iniciativa privada para el progreso científico y artístico”.
¿Qué hago si tengo algún objeto arqueológico o una colección completa?
Debe entregarlo voluntariamente al Museo Nacional. “Lo ideal es que la gente haga consciencia y los ponga en manos del Estado”, detalló Bonilla. Se puede llamar al Departamento de Protección del Patrimonio Cultural (2296-5724) o escribir al correo electrónico proteccion@museocostarica.go.cr con el fin de que un funcionario del Museo Nacional vaya a recoger el patrimonio en cuestión. “Es importante aclarar que la gente hace una entrega del patrimonio, no es una donación, ya que le devuelve al Estado lo que le pertenece”, explicó la especialista.
¿Me van a meter a la cárcel si llamo a hacer una entrega de estas piezas?
No, ya que se está haciendo una entrega voluntaria. “No vamos con la Policía”, agrega Bonilla.
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¿Qué pasa si alguien pone una denuncia de que tengo patrimonio arqueológico en mi casa?
El Museo Nacional recibe la denuncia (por medio del teléfono, correo, página web o buzón de Facebook). Un funcionario la atiende, hace una visita con la Policía y, primero, da la opción de una entrega voluntaria; si esto no ocurre, se procede a hacer un decomiso.
Se pueden heredar los “tiestos” precolombinos.
Falso. La gente no es dueña de este tipo de patrimonio, es el Estado.
¿Qué hago si encuentro evidencia de materiales arqueológicos cuando estoy haciendo un hueco en el patio, preparo un terreno para sembrar o excavo para hacer una obra menor?
Debe parar el movimiento de tierras para evitar la posible destrucción de los restos y llamar de inmediato al Museo Nacional para reportar el hallazgo. La institución hará una inspección y tendrá 15 días para determinar qué medidas toma.
En el caso de proyectos y obras más grandes, como desarrollos inmobiliarios, el estudio de impacto ambiental incluye el aspecto arqueológico. Si se determina que hay restos, un arqueólogo privado puede hacer el rescate bajo la supervisión del Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional, comentó Bonilla.
El Museo Nacional ha hecho “pactos” con algunas familias para que puedan resguardar y cuidar su colección de arte precolombino.
Es una leyenda josefina muy común, pero Bonilla asegura que falsa. La explicación es otra: la ley de 1982 le dio seis meses a aquellos costarricenses que tuvieran bienes precolombinos en su poder, adquiridos antes de 1938, cuando sí era permitido que particulares coleccionaran este tipo de piezas.
Durante ese tiempo, se registraron 6.957 bienes patrimoniales, los cuales quedaron en manos de sus poseedores; no obstante, ellos no son dueños de las obras, pero sí se comprometieron a preservarlas y a responder ante el Museo Nacional si sufrían algún daño.
Un detalle interesante es que un 45,6% de esos bienes ya han sido entregados al Museo Nacional. “Usualmente la gente está mayor y nos ha llamado para devolvernos las piezas. A veces son los familiares que no se quieren hacer cargo de ellas, menos que corren el riesgo de que se caigan con un temblor, por ejemplo, y se dañen”, manifestó Bonilla.
Hay expresidentes y políticos que tienen esferas y otros objetos arqueológicos. ¿Por qué la ley no se aplica igual en sus casos?
Cada vez que se da un decomiso, surge de nuevo este cuestionamiento. ¿Es verdadero o falso? Tiene una base real: José Figueres Ferrer y Daniel Oduber tenían patrimonio arqueológico; sin embargo, Leidy Bonilla asegura que la ley sí se aplicó también para ellos (y sus familias).
A principios de esta década, el Museo Nacional recibió una denuncia por una colección de cerámica y piedra –incluidas tres esferas precolombinas– en la casa de Karen Olsen de Figueres; el Museo Nacional acudió a hablar con la familia, la cual devolvió los trabajos indígenas. La propia Bonilla recibió la colección.
Sin embargo, a las esferas solo se les pudo inventariar y georreferenciar; el Museo Nacional no las sacó de allí ¿Por qué? “No tenemos contenido económico para eso. Para sacarlas, el Museo debe disponer de recursos para todo lo que implica moverlas. No es que nos estamos haciendo de la vista gorda. Cuando el Museo cuente con los recursos y logremos no dañar la propiedad privada, lo haremos… No es el único caso: hay una casa en San José que también tiene una esfera, pero no la pudimos sacar porque implicaba botar la casa, así que está georreferenciada; también le dejamos una nota al dueño de que si vende la propiedad, debe advertir que la esfera no es parte de la transacción y que es patrimonio”, respondió.
En el caso de Daniel Oduber, la colección es muy valiosa y estaba compuesta por 102 objetos –jade, cerámica y piedra–. Entre 1994 y el 2003, el Museo Nacional la recibió en varias entregas. En las noticias de aquellos años se decía que la familia “la donó”. El arte precolombino de la colección Oduber estuvo exhibido en el museo regional de Guanacaste, en la antiguo Cuartel de Liberia; sin embargo, después del robo de unas piezas de oro, el Museo Nacional decidió guardarla. Parte de los objetos han sido exhibido en diferentes momentos.
¿Hay otros expresidentes que tienen este tipo de patrimonio? “No, que sepamos. En el momento en que se dé una denuncia, investigaríamos”.
La gente puede vender, trasladar o sacar del país una pieza precolombina.
Falso; es más, es un delito (de tres a cinco años de cárcel). “Si atendemos una denuncia o nos enteramos de que alguien está comerciando, receptando, trasladando o quieren sacar una pieza del país, ponemos el caso en conocimiento del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para que haga la investigación respectiva y se pueda dar la información al Ministerio Público para hacer el decomiso”, explicó Bonilla.
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No obstante, el tráfico de este tipo de arte es un lucrativo negocio: en el 2016, una investigación de La Nación –que ha recibido varios premios– reveló una red de traficantes costarricenses que abastece al ilícito mercado del arte arqueológico global a pesar de la ley que lo prohíbe desde hace tres décadas. Puede visitar el especial Memoria robada para conocer más acerca de esta situación.
¿Cómo sabe un oficial del OIJ o de la Policía Aeroportuaria si se trata de un objeto precolombino o de una artesanía?
El Museo Nacional ha capacitado a personal de ambos cuerpos. De hecho, el jueves pasado, uno de los policías que participó en el allanamiento de la casa de Víctor Hugo Víquez fue el que notó que había piezas precolombinas y se puso en contacto con el Museo Nacional. Hallaron 12 piezas precolombinas y 22 artesanías (las cuales no se decomisaron). Las capacitaciones también han incluido cómo manipular este tipo de bienes.
¿Cuántas denuncias y decomisos se realizan?
Entre 1983 y el 2016 se recibieron 519 denuncias por comercio, traslado y exportación ilícita; 386 terminaron en decomisos.
¿Para qué el Museo Nacional quiere un metate, una vasija o una pieza de oro más si de todas formas tienen muchas, las tienen guardadas en bodegas y ni las exhiben?
Esta pregunta saltó en varias oportunidades y formas esta semana en redes sociales. Primero, porque el Estado debe cuidar y velar por su patrimonio (está en la Constitución Política) y, por tanto, es una obligación del Museo Nacional; segundo, porque este tipo de creaciones de nuestros antepasados dicen mucho acerca de quiénes fueron, de nuestra raíces; tercero, ninguna pieza es igual a otra.
“Cada pieza es única… Muchas de las piezas que no se exhiben se utilizan en investigaciones sobre población, manufactura, usos, representación mitológica, incluso hay estudios en que se rescata polvo que quedó en un metate para saber qué almidones tiene y darnos cuenta qué cultivaban nuestros indígenas. Además, las piezas que se exhiben no siempre son las mismas, hay que cambiarlas para dejar descansar a las anteriores”, añadió Bonilla.
¿Cuántos objetos arquelógicos fuera del contexto (es decir, que no son producto de una excavación científica) tiene el Museo Nacional?
Unas 30.000 piezas. Hay entre 5.000 y 7.000 bienes con información arqueológica y un enorme número de cajas con fragmentos encontrados en investigaciones.
Dos casos muy sonados
El caso Mannil
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Esta semana se dio la noticia de que se repatriarán 196 piezas precolombinas que fueron extraídas ilegalmente de Costa Rica y fueron decomisas en Venezuela. Este es el resultado de una larga investigación y trabajo con el llamado caso Mannil.
El Museo Nacional interpuso una denuncia, en setiembre del 2009, contra Harry Mannil Laul y su hijo Mikhel Mannil D’Empaire, por el delito de “comercio de bienes arqueológicos”. Mannil Laul falleció al año siguiente, el 11 de enero. Era originario de Estonia y se movió entre Costa Rica y Venezuela; incluso hubo sospechas de que colaboró, en su país, con los nazis. En julio de ese 2010, allanaron la propiedad de la familia Mannil en San Rafael de Heredia, donde encontraron 108 piezas precolombinas –se destacaban 14 esferas de piedra–.
En octubre de ese mismo año, en Venezuela, se decomisan 56 objetos arqueológicos de Costa Rica cuando la familia intentaba exportarlos a Estados Unidos.
El siguiente decomiso fue de 62 piezas en el 2014, en Casa de los Jaguares, propiedad de los Mannil en Caracas. En esa ocasión se recuperaron 62 objetos.
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Hubo un tercer lote, que fue analizado por el Museo Nacional de Costa Rica en el 2015 en Venezuela, el cual salió de una pared de la Casa de los Jaguaron donde estaban incrustadas los trabajos precolombinos como si fueran adornos.
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La colección Dada Fumero
El 19 de agosto del 2010 se comenzó un allanamiento de varios días de la casa de la familia Dada Fumero en Lourdes de Montes de Oca, donde, al final, se encontraron ollas, vasijas, metates, esperas y otros bienes. Fueron 3217 objetos y contituyó el decomiso más grande de la historia en el país.
Durante varios años, esa familia y el Museo Nacional libraron una batalla judicial, hasta que el Estado la recuperó en febrero del 2014.
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