Los primeros siete candidatos presidenciales que participaron este domingo en el debate organizado por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) detallaron propuestas para salvar las pensiones del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Los primeros aspirantes en hacer uso de la palabra plantearon invertir los fondos de pensiones en obra pública, aumentar la cantidad de contribuyentes y fijar impuestos a las cervezas o a los alimentos ultraprocesados para mejorar los ingresos de ese régimen jubilatorio, el más grande del país, con cerca de 1,5 millones de contribuyentes.
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Edgardo Araya, del Frente Amplio; Antonio Álvarez Desanti, de Liberación Nacional (PLN); Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, y Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana (ADC), coincidieron en que se debe invertir los fondos de pensiones en obra pública, porque consideran que esa es la forma más segura de obtener rendimientos para esos dineros.
Redondo y Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional (PIN), afirmaron que se le debe dar mayor participación a la Superintendencia de Pensiones (Supén), como órgano técnico, para vigilar el régimen del IVM.
El candidato de Nueva Generación (PNG), Sergio Mena, propuso que se haga un régimen especial de cotización para las personas menores de 40 años, quienes “hoy no quieren cotizar” y aseguró que también los extranjeros deben cotizar, pues “tendrán todos los derechos si aportan y pagan impuestos”.
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Junto con Mena, Antonio Álvarez Desanti también considera que se debe alcanzar al sector informal de la economía, para ampliar la base de los contribuyentes que, por sus salarios, inyectan recursos a la CCSS.
“Con eso, le daremos solvencia al fondo de pensiones del IVM”, dijo Álvarez y añadió que se debe abaratar los costos de operación del régimen actual, que según el liberacionista, es uno de los más caros actualmente.
Óscar López, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), aseguró que, con su proyecto para fijar un impuesto de ¢10 por cada cerveza, se le darían ¢7.000 millones al régimen jubilatorio de la Caja, que aunque no sería la única solución, “es un buen proyecto de ley”.
El candidato presidencial del FA, Edgardo Araya, recordó que él, con el exdiputado José María Villalta, han demandado al Estado para que le pague sus deudas a la CCSS por cuotas obrero patronales y con eso se contengan los problemas financieros de regímenes como el del IVM.
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Araya añadió que su partido también tiene una iniciativa de reforma legal para que se le cobre una especie de contribución especial solidaria a los alimentos ultraprocesados que incluso han afectado la salud de niños y adultos jóvenes, para que esos recursos financien en parte el régimen jubilatorio de la Caja.
Este mes, la Junta Directiva de la Caja comenzaría a discutir la reforma al régimen, luego de que en diciembre la llamada mesa de diálogo planteara 33 propuestas, ninguna de las cuales incluyó aumento de la edad de retiro o modificación de los beneficios.
Tanto la Superintendencia de Pensiones como especialistas de la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica (UCR) han urgido reformas para asegurar la sostenibilidad del fondo.
Negociaciones con Asamblea fragmentada
Antes de hablar sobre las soluciones a las pensiones, los candidatos tuvieron que lanzar sus propuestas para poner a funcionar a una Asamblea Legislativa que, previsiblemente, estaría sumamente fraccionada, incluso más que en la actualidad, donde hay nueve partidos políticos.
Para eso, Redondo aseguró que él tiene mucha capacidad de diálogo y que el problema de no es la gran cantidad de partidos, sino el patriotismo de esas fuerzas políticas, su “grado de responsabilidad”. Añadió que tiene a mano elementos administrativos para tomar decisiones desde el Ejecutivo.
López, por su parte, adujo que la cantidad de partidos no es un problema, que con mayor fragmentación legislativa se logra denunciar más la corrupción, y que esa fragmentación le permitió a su partido, el PASE, llegar a tener representación en el Congreso.
El frenteamplista Edgardo Araya dice que lanzaría negociaciones de diálogo constante, como arma para ejercer la democracia. “Ya lo hemos ejercido en una Asamblea atomizada, con un Ejecutivo sumamente débil, hemos llegado a grandes acuerdos”, dijo.
Según Castro, en un gobierno suyo prevalecerá el liderazgo, la conversación y la claridad en los proyectos de interés. “Tenemos ya terreno ganado, con el pacto nacional de los partidos y con una numerosa fracción que tendremos”, comentó el candidato del PIN.
Mientras tanto, Álvarez Desanti apela a la experiencia suya como expresidente del Congreso en 1995 y el 2016, así como la definición de proyectos en empleo, vivienda, infraestructura y los problemas de salud, para los que buscarían acuerdos políticos.
Sergio Mena atacó a los partidos que no han logrado hacer reformas al Reglamento de la Asamblea para fijar plazos de votación de proyectos, que se discutan definitivamente los planes, se establezca la revocatoria del mandato de presidente y diputados, entre otras propuestas.
El candidato de Restauración, Fabricio Alvarado, dijo que él ya logró experiencia participando de los acuerdos en el actual Congreso y adujo que noes posible que Juan Carlos Bolaños, empresario importador de cemento chino, haya visitado más la Casa Presidencial que los diputados, por lo que dijo que si fuera presidente, él convocaría con frecuencia a los congresistas a Zapote.