Los excesos de fin de año han convertido enero en el mes de mayor mortalidad en el último medio siglo.
Accidentes de tránsito y el consumo excesivo de alcohol destacan entre las principales causas que matan a los ticos en los primeros días del año, junto a derrames cerebrales, enfermedades cardiovasculares e infecciones respiratorias.
En enero, la mortalidad por diferentes causas es hasta un 7% mayor, de acuerdo a un análisis de 636.000 decesos registrados entre 1970 y 2016. El mes con menor mortalidad durante ese periodo de 47 años es mayo.
El análisis Estacionalidad de la mortalidad en los trópicos. El caso de Costa Rica, 1970-2016, fue elaborado por los demógrafos Luis Rosero Bixby y Carolina Santamaría Ulloa, del Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Salió publicado en la Revista Latinoamericana de Población, en el 2018, y es el primero en su tipo en el país. En él se revisaron, además, 26 causas de muerte. Su objetivo era determinar la existencia y magnitud de ciclos de variación estacional en la mortalidad.
La identificación de la estacionalidad y el análisis de su variación son básicos en áreas como la vigilancia de la salud para realizar alertas tempranas sobre eventuales brotes o epidemias.
De acuerdo con el análisis de esas casi 636.000 muertes, hay variación estacional significativa en los 47 años revisados. El máximo de mortalidad se detectó en enero y el mínimo en mayo para todas las causas, en ambos sexos y en casi todas las edades.
Este máximo de mortalidad estacional, explicó Rosero, se inicia a mediados de diciembre y se prolonga todo enero con un máximo en la primera semana de ese mes.
¿Cuántas muertes más son? Durante el periodo de análisis, explicó, en la primera semana de enero se observaron 1.600 defunciones más que en la semana 18 del año, la cual corresponde a los últimos días de abril y los primeros de mayo.
"En las tres semanas centradas en el 4 de enero se observaron 4.500 defunciones más que en las tres semanas centradas en el 2 de mayo. Son cifras de muertes que realmente ocurrieron.
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“Al modelar la estacionalidad se hacen ciertas correcciones, en especial por tendencias seculares. Por ejemplo, en mayo tiende a haber más muertes que en enero por el aumento del envejecimiento de la población”, amplió Rosero.
La mortalidad vinculada a los accidentes en carretera también es mayor en la primera semana del año, con 132 muertes más que en la semana 33, que corresponde a la última de agosto, donde se registra el mínimo de decesos por esa causa en el periodo estudiado.
La mayor mortalidad por infecciones respiratorias agudas, sugieren los expertos, podría ser un ‘eco’ de las epidemias de influenza (gripe) propias del invierno boreal que podrían propagar viajeros que visitan el país.
Las muertes ocasionadas por diarreas, sin embargo, tienen un patrón diferente de estacionalidad.
Los valores máximos por esa causa se dan en marzo o en los primeros meses del año, coincidiendo con el verano. Los mínimos, en octubre.
FUENTE: ICE E INFORMES DE PRESUPUESTOS PÚBLICOS DE LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA. || J. A. / LA NACIÓN.
En casi todos los grupos de edad se presenta un máximo estacional a fines de diciembre o principios de enero, que es estadísticamente significativo, excepto para los menores de 15 años.
Las niñas y mujeres jóvenes menores de 35 años, indica el estudio, presentan un segundo pico de alta mortalidad a mediados de agosto. El mínimo de mortalidad para todos los grupos (excepto el de niños varones), se presenta en la primera semana de mayo.
Comportamiento humano
La inquietud de analizar la estacionalidad de la mortalidad en el país, proviene de una investigación hecha sobre la estacionalidad de los biomarcadores en adultos mayores.
En Costa Rica, está localizada una de las cinco zonas azules del mundo: la península de Nicoya, donde vive la mayor población de adultos de 100 años y más. Esta característica la ha convertido en un imán de estudios sobre longevidad.
Cuando investigaron los biomarcadores, encontraron que la presión alta y el colesterol son más altos en ciertas épocas del año. “Eso intriga mucho porque siendo un país ecuatorial las variaciones no son muy grandes pues no hay enormes diferencias entre invierno y verano”, manifestó Rosero al relatar el origen de este nuevo estudio sobre mortalidad.
Costa Rica es un país ecuatorial, ubicado a 10 grados latitud norte del Ecuador, que no presenta cambios drásticos de temperatura y luz a lo largo del año, como sí sucede en los territorios ubicados muy lejos del centro del globo terráqueo.
A pesar de lo anterior, la revisión de Rosero y Santamaría logró encontrar patrones estacionales vinculados con la mortalidad que, en el caso de los días de la semana, colocan al lunes con la etiqueta del ‘día más letal’.
Los lunes, concluye el análisis, son más letales para las enfermedades cerebro y cardiovasculares, con un 4% de sobremortalidad. También tienen un 28% más muertes por accidentes de transporte.
En el caso de los ictus, conocidos popularmente como derrames cerebrales, esa mortalidad se extiende a los martes.
Durante el periodo de estudio, hubo 3.500 muertes más los lunes que los jueves, cuando se reporta el mínimo de mortalidad durante la semana. Los domingos, hubo hasta 2.550 decesos más.
“El asunto es mas dramático si se miran las causas de muerte. Los fallecimientos en carretera se producen más los domingos, cuando se registraron 2.000 decesos más que el mínimo de los miércoles por esa causa”, explicó Rosero.
Sucedió lo mismo con los homicidios: también los domingos se reportaron 900 decesos más que el mínimo registrado los jueves.
Las enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares mostraron una mayor tendencia los lunes, con 900 decesos más que el mínimo del jueves; y el martes con 440 fallecimientos más que el jueves.
Las causas de muerte con más decesos registrados en este periodo, son las enfermedades cardiovasculares, con 75.888 muertes; cáncer (37.437), infecciones respiratorias agudas (24.846), accidentes de tránsito (20.120) y enfermedades cerebro-vasculares (19.693).
Semilla para otros análisis
Una de las hipótesis sobre las causas de esa estacionalidad de la mortalidad, la vinculan los especialistas a posibles fluctuaciones en la calidad de los servicios de salud y atención de emergencias.
"Estudiar la estacionalidad de la mortalidad en Costa Rica crea insumos que facilitan la toma de decisiones con relación a mejorar la oferta de servicios de salud y atención de emergencias, ya que propicia una mejor eficiencia en la administración de recursos.
“Contribuye al mejoramiento de la salud pública por medio de la generación de información que formule políticas públicas orientadas a reducir la mortalidad en las distintas épocas del año y que tome en cuenta ciertos tipos de patología”, agregan los investigadores.
Roberto González Campos, jefe de emergencias del Hospital México, coincidió con el estudio en que, es cierto, los fines de semana ellos atienden más víctimas de accidentes de tránsito y, en general, de trauma.
Aclaró, eso sí, que los datos totales de mortalidad ellos los desconocen porque muchos de esos fallecimientos ocurren afuera del servicio de emergencias: o en el sitio del accidente (mortalidad in situ), o en el ambiente hospitalario, cuando ya el paciente sube de emergencias a piso para ser atendido en servicios como Cuidado Intensivo o Cirugía.
Para Donald Corella, jefe de Emergencias del Hospital Calderón Guardia, sería interesante averiguar, además de la mortalidad, el sitio donde se produjeron esas muertes: si en la casa, la calle o el hospital; y si es en el ambiente hospitalario, en qué servicio y por cuáles causas.
Además, explicó Corella, cada servicio de emergencias tiene sus picos cíclicos de enfermedades dependiendo de su epidemiología pero más vinculada a la morbilidad (enfermedad) y no a la mortalidad.
"Por ejemplo, el servicio de emergencias de Limón tendrá su pico de consultas por dengue en alguna época del año. En nuestro caso, esos ciclos muchas veces los marca la violencia social, en épocas como diciembre y enero con las fiestas de Zapote y las corridas de toros”, aseguró el médico.