Odalía Guzmán Salas era una mujer saludable físicamente a pesar de sufrir Alzheimer. Tenía 95 años.
Como no tuvo hijos, a quien llamaron para informarle de la muerte, la tarde del miércoles, fue su sobrino, Errol Guzmán.
Él dice que no esperaba una noticia así, sobre todo porque la tía siempre había sido muy sana.
En el hogar de ancianos donde residía su pariente no le dieron más detalles, contó el pariente 24 horas después de haber recibido la llamada.
Toda la información la recibió en el hospital Carlos Luis Valverde Vega, de San Ramón, al que su tía habría llegado ya fallecida, según contó.
"Aparentemente, le dieron un atol con una leche que alguien pasó a regalar al hogar. Murió por deshidratación", dijo el sobrino.
Lo que siguió después fue la consecuencia de una tragedia que habría cobrado no sólo la vida de su tía, sino la de otro adulto mayor, Víctor Montero, de 79 años, y residente en el mismo hogar de ancianos de San Ramón en el que vivía Odilía.
En total, 33 de los 56 internos resultaron afectados con una intoxicación aguda por alimentos. La principal sospecha recae en leche que algún productor de la zona donó.
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Errol cuenta que su tía era feliz en el hogar y le extraña mucho lo sucedido. Odalía era una de nueve hijos; la única soltera de la camada, sin descendientes directos.
Una mujer feliz, siempre de buen talante. Tuvo novio hasta que llegó al hogar de San Ramón, pero su pretendiente murió hace dos años.
De joven, cuenta Errol, trabajó junto a su hermana Marta en un bazar, el Bazar Las Hermanas, en el centro de la ciudad poeta. Desde ahí se dio a conocer.
Antes de llegar al Hogar, donde vivió durante 10 años, pasó tiempo en casa de hermanos y sobrinos.
"No entendemos aún qué pudo haber pasado. Los resultados de la autopsia nos los darán en dos meses. Depende de eso, ya veremos si hacemos algo", comentó el sobrino de Guzmán.