El Instituto Nacional de Seguros (INS) y los encargados del redondel de Zapote mantienen versiones encontradas sobre el tipo de cobertura para los toreros improvisados en caso de que sufran algún accidente durante las corridas.
Los responsables de la administración del inmueble aseguran que la inclusión en planilla de los improvisados es suficiente para utilizar el seguro de riesgos de trabajo, mientras que el Instituto descarta esa posibilidad al no considerar el toreo una ocupación habitual en Costa Rica.
Elian Villegas, presidente ejecutivo de la entidad, considera que para que exista una cobertura adecuada debe pagarse una póliza básica de accidentes, ya sea con el INS o con otra aseguradora.
“Nosotros no le vamos a dar cobertura de riesgos de trabajo a los toreros improvisados, en eso hay que ser absolutamente enfáticos (...) porque la actividad de torero improvisado no es una actividad laboral (...), eso afecta el régimen de riesgo de trabajo que es donde al final tenemos a todos los trabajadores del país”, manifestó Villegas.
El jerarca agregó que regularmente los toreros tienen otra profesión y en las fiestas ingresan una o dos veces al redondel como parte del espectáculo.
“Ellos (los encargados del redondel) lo que quieren es que por el simple hecho de incluir a alguien en planilla ya esa persona se convierta en trabajador (...). No es responsabilidad del régimen de riesgos de trabajo y la verdad es que tampoco debería ser responsabilidad de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)”, explicó Villegas.
Por su parte, Eddy Amador, encargado de la logística del redondel de toros de Zapote, sostuvo que el con el contrato la cobertura debe darse, ya que ellos adquirieron una póliza por un año.
Además, dijo que con esa cobertura la atención en caso de un percance es ilimitada, por lo que los improvisados no deberán costear nada.
“La modalidad que se adoptó es que a todos los toreros improvisados se les va a pagar un salario por los días que van a estar en la plaza, cosa que antes no se hacía, nunca se les daba nada, simplemente entraban y pagaba una póliza básica de accidentes por un monto de ¢3 millones y cuando se le acababa la cobertura cada uno tenía que ver qué hacía por sus propios medios”, detalló Amador.
El encargado de logística mencionó que a los toreros se les está pagando un salario mínimo, por lo que todos los días deben registrarse con su cédula para verificar que ya están asegurados y que asistieron ese día a la corrida.
Amador precisó que hasta este martes por la tarde tenían a unos 200 toreros improvisados inscritos como trabajadores del Consorcio Financio K-Coopecasa, encargados del redondel.
El representante expresó que en caso de que el INS no brinde la atención con la póliza de riesgos de trabajo deberán acudir a otra instancia para que se tome una determinación con respecto a la situación.
“Me imagino que ellos lo que quieren es vender la póliza básica de accidentes por ¢3 millones, que el año pasado costó en total ¢80 millones (...). Con la póliza de riesgos tienen que atenderlos, ahí el monto no se agota y la Caja también los está cubriendo”, puntualizó.
Amador comentó que en cuanto terminen las corridas, el 7 de enero, los toreros serán desinscritos como trabajadores del Consorcio.
Hasta la tarde de este martes, las tres corridas que se han realizado suman 25 personas golpeadas, todos leves, según las estadísticas del vocero del redondel de Zapote, Álvaro Zamora.
Zamora dijo que de los 24 atendidos por la Cruz Roja el lunes, cuatro requirieron traslado a un centro médico.