El daño que sufren los pulmones de quienes conviven con un fumador es mucho mayor al que se pensaba. Antes se creía que era del doble en comparación a aquellos que no consumen ni cohabitan con quienes sí lo hacen.
El daño que sufren los pulmones de quienes conviven con un fumador es mucho mayor al que se pensaba. Antes se creía que era del doble en comparación a aquellos que no consumen ni cohabitan con quienes sí lo hacen.