Memoria
Robada
La posesión, comercio y tráfico de arte precolombino está prohibida en Costa Rica desde 1982. Sin embargo, en estos 34 años, el Museo Nacional ha arrebatado de manos privadas más de 10.000 objetos que, por ley, pertenecen a todos los costarricenses.
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16 de octubre de 2016
La lista roja de objetos de ilícito deseo
Son bellos, codiciados por traficantes dispuestos a robarlos y venderlos a coleccionistas capaces de pagar hasta un millón de dólares por ellos. Son los objetos prehispánicos más valiosos de Costa Rica, no por su precio en el mercado del arte sino porque cuentan la historia de los habitantes más antiguos del país: de la Gran Nicoya, de la región del Diquís y de la región Central.
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Sobre este objeto
Figura con forma de mono, cerámica tipo Rosales.Procedente de la Gran Nicoya. En custodia del Museo Nacional de Costa Rica.
Material
Cerámica
Dimensiones
20 x 15,7 cm
Fecha / periodo
1-300 d. C.
La mayoría de estos objetos no son de grandes dimensiones, pero sus orígenes datan desde el 200 antes de Cristo hasta el 1.500 después del inicio de la era cristiana. A ellos los acecha el tráfico ilícito, tercera empresa ilegal en importancia del planeta, detrás de la venta de drogas y del comercio de armas. Un negocio de hasta $6.300 millones anuales que, en beneficio de pocos, despoja a pueblos de su identidad y daña el patrimonio cultural de la humanidad.
El tráfico ilícito es grave porque les quita a los objetos su contexto, su significado. Se pierde su historia, ya no hay posibilidad de investigar de dónde venían. Se roba no solo un bien con valor mercantil, se roba la memoria de la gente y la posibilidad de traerla al ahora para que nutra el presente”
Montserrat Martell,
especialista del Programa de Cultura de Unesco, en San José.
Decomisos en Costa Rica son constantes
Las denuncias anónimas, que alertan al Museo Nacional de objetos prehispánicos adornando casas de habitación o a la venta en distintos sitios, dan cuenta de que el huaquerismo, la tenencia y el comercio ilegal de esos bienes continúa.
Solo entre 2010 y junio pasado se efectuaron 40 operativos donde participaron oficiales de la Sección de Delitos Varios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y arqueólogas del Museo Nacional. En esos siete años se incautaron 4.066 de los 10.000 objetos que estaban en poder privado desde 1982, cuando se aprobó la ley que prohíbe su tenencia y comercio.
La Nación revisó esos 40 expedientes y encontró que 17 operativos se hicieron contra comerciantes, ocho afectaron a coleccionistas, cinco más a extranjeros y los restantes 10 se derivaron de investigaciones por otros delitos o por causas desconocidas.
Sin embargo, la mayoría de los bienes incautados, 3.304 (81%) se recuperaron de coleccionistas que, en algunos casos, los adquirieron antes de la entrada en rigor de la ley y que no los retornaron al Estado. El otro 12% (503) estaba en manos de comerciantes. Solo 259 los poseían extranjeros o costarricenses investigados por otras causas.
Recuperados, pero carentes de historia
Verdaderas y raras joyas antiguas -como una columna cilíndrica decorada con un mono en la superficie, o la figura de una mujer de pie tallada en piedra- son parte de los bienes prehispánicos recobrados por el Estado y en custodia del Museo Nacional. Sin embargo, los coleccionistas y comerciantes que los poseían los despojaron de su mayor tesoro: su contexto y la evidencia que contaban sobre la vida de los habitantes más antiguos del país.
Detrás de este interactivo hay una base de datos y fotos creada por La Nación para que usted consulte detalles de una muestra de 710 de las 4.066 piezas restituidas al patrimonio arqueológico costarricense. Las mismas retornaron a causa de 39 allanamientos policiales, efectuados desde 2010. Cuatro de cada 10 piezas retenidas ilícitamente estaban deterioradas.
Opciones de filtro
Las imágenes en miniatura representan la clase de bien, el color evoca al material del que fue hecho. Las piezas están organizadas según el año de su decomiso: La primera se ubica arriba a la izquierda, la más reciente abajo a la derecha. Haga clic sobre los cuadros para conocer: descripción del bien y detalles del decomiso.
- Cerámica
- Piedra
- Concha
- Hueso
- Madera fosilizada
El megacaso de colección. Se le llamó Dada-Fumero y es, hasta la fecha, el caso que generó el decomiso más grande de piezas arqueológicas en la historia de Costa Rica: 3.192. Las piezas estaban en manos de una familia de coleccionistas en una casa en Lourdes de Montes de Oca, cuya propietaria era tía de la entonces directora del Museo Nacional, Patricia Fumero. Tazones, jarrones, figuras humanas con vasijas, ocarinas zoomorfas, jades, figuras antropomorfas de piedra y escudillas, de hasta 2.300 años, habitaban en esta colección. El caso finalizó en 2013, cuando se sobreseyó a la imputada, quien según las autoridades no actuó con dolo. Sus abogados siempre alegaron que el Museo sabía de esa colección, aunque sus autoridades no tenían registro de ella. Dos años antes, también se desestimó que la exdirectora del Museo hubiera usado su cargo para proteger a sus parientes.
Vendidos al mejor postor
A ciencia cierta no se sabe si las 214 piezas de arte precolombino tico, subastadas en prestigiosas casas europeas y de EE. UU., son producto del tráfico ilícito o salieron del país antes de 1982, cuando no había ley que prohibiera su exportación. Lo cierto es que ese lote de objetos, calificado como “primitivo”, “mágico y místico” en algunos catálogos, se ofreció en poco más de $1,3 millones en 25 subastas.
Los objetos subastados están en orden cronológico, la dimensión de las esferas representa el valor mercantil de cada objeto. El color indica el país donde se subastó.
Max. valor estimado
*k es la abreviatura para miles, datos en Dólares (USD)
Clave de color
- Alemania
- Bélgica
- España
- Estados Unidos
- Francia
- Suiza
- Canadá
- Costa Rica
Max. valor estimado
Valor desconocido
2009
2010
2010
2010
2011
2011
2011
2012
2012
2013
2013
2013
2013
2013
2014
2014
2014
2015
2016
Entre las subastas también hay dos casos de costarricenses investigados por vender estos bienes en tiendas en línea. Uno es de Cañas, Guanacaste, y subastó un grupo de tinajas en ¢80.000 ($160). Otro vendió un metate en ¢100.000 ($200) y aseguró que perteneció a su familia por más de 30 años. La ley 6703 castiga con prisión a quienes tengan estos bienes sin poder demostrar que eran de su propiedad antes de 1938, a quienes se apoderen de ellos sin el consentimiento del Museo Nacional y a quienes, por cualquier medio los saquen o intenten sacarlos fuera del país. En los años 2000 y 2001, se detuvo a dos hombres que pretendían traficar arte arqueológico hacia Bélgica e Italia, se les condenó a tres y seis años de prisión, aunque, al final, se les concedió el beneficio de ejecución condicional.
Piezas desterradas
Dejaron el país en barco, por tierra o por aire para ser parte del excéntrico lujo exhibido en casas de habitación y museos. Algunas, como una esfera de piedra de Guácimo, Limón, llegó hasta Nueva York, cuando en 1964 la trasladó la United Fruit Company para una exposición. Hace menos de tres meses, National Geographic Society, que la conservaba, inició el trámite para repatriarla al Museo Nacional. De quien fuera presidente de esa empresa bananera, Minor Keith, también retornaron 932 piezas, que eran custodiadas por el Museo de Brooklyn, al que antes de morir en 1929, las heredó. Esa institución tiene otros 1.300 objetos a la espera de ser trasladados.
Este gráfico incluye piezas repatriadas o en proceso
Otros bienes precolombinos, simplemente, fueron decomisados en operativos contra traficantes de patrimonio, como ocurrió en España en 2007, donde en un cargamento para vender en casas subastadoras francesas iba un jarrón policromo de cerámica en forma de chompipe y una figura de hombre tallada en piedra.
Hay una crítica muy fuerte al Museo Nacional: ¿para qué quieren más piezas si se quedan guardadas?, nos dicen. Ese es nuestro papel, conservarlas bien para quien quiera investigarlas ahora y en el futuro”
Marlin Calvo,
jefa del Departamento de Protección de Patrimonio del Museo Nacional.
Si la visión del patrimonio consiste en almacenar, en investigar en pequeño comité, no habrá oportunidad de generar recursos económicos. Las piezas del Museo del Oro de Costa Rica vienen de la región del Diquís, en la zona sur, ¿lo saben sus habitantes? Por eso hay que generar museos locales”
Montserrat Martell,
especialista del Programa de Cultura de Unesco, en San José.
Memoria
Robada
Es un proyecto de investigación Latinonamericano, original de Ojo Público y en alianza con La Nación Data.