“Voy a dormir bien esta noche sabiendo que he tomado la decisión correcta”, dijo el sábado el gobernador republicano de Illinois, George Ryan, al anunciar que conmutaría la pena de muerte por cadena perpetua a 167 presos.
Ryan, quien deja el cargo hoy lunes, es el héroe de los opositores a la pena de muerte desde el 2000, cuando decretó una moratoria de ejecuciones.
El viernes, el gobernador indultó a cuatro hombres condenados por crímenes que supuestamente no habían cometido.
Estas decisiones no estuvieron exentas de polémica.
Uno de los procuradores del estado de Illinois, Richard Devine, acusó al Gobernador de tomar decisiones “ultrajantes e inconscientes”.
“Habría sido mejor dejar que los tribunales analizaran esos casos porque tienen la experiencia, el entrenamiento y la sabiduría para decidir sobre la inocencia o la culpabilidad de cada uno”, afirmó.
Una comisión investigadora analiza actualmente las responsabilidades de la Policía en los casos de estos cuatro condenados pues hay acusaciones de tortura contra ese cuerpo.
Según una nota del diario The New York Times, Ryan podría enfrentar un juicio por corrupción, que no le permitió buscar la reelección al puesto. Sin embargo, este hecho no niega su legado en contra de las ejecuciones oficiales.
“La revisión de estos casos, uno a uno, me deja dudas no solo sobre la inocencia de la gente en el ‘corredor de la muerte’ sino también sobre la justicia del sistema de pena de muerte como un todo”, dijo Ryan.
Familias de víctimas criticaron duramente la decisión. Jon Van Schaik, un bombero cuyo hermano fue asesinado en 1979, dijo que esperaba que Ryan enfrente los cargos por corrupción para que “pase el resto de su vida en prisión”. “¿Cómo puede una persona tener esa autoridad y poder?”, preguntó.
“Aunque el ejercicio de mi autoridad se convierta en mi carga lo soportaré, porque la Constitución me lo ordena”, expresó Ryan.