El cambio podría minar los esfuerzos de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) para promover la democracia en la región y compromete su credibilidad cuando exige reformas en Birmania, gobernada por sucesivas juntas militares desde 1962.
La ASEAN, fundada en 1967 en Bangkok, agrupa a Malasia, Indonesia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Laos, Vietnam, Camboya y Birmania.
El secretario general de esa asociación “espera que la situación en Tailandia vuelva a la normalidad lo antes posible, porque la estabilidad política allí es importantísima para la estabilidad de la ASEAN”, dice una declaración oficial.
“A primera vista, el golpe parece nefasto para la democracia, pero podría tratarse de un golpe más correctivo que perjudicial, opinó Michael Backman, un economista australiano especialista en Asia.
El analista destacó el hecho de que no hubo derramamiento de sangre, así como la promesa de los militares de restituir rápidamente el poder al pueblo.
Menos optimista se mostró Mely Caballero-Anthony, una especialista en Asia del Instituto de Defensa y Estudios Estratégicos de Singapur.
“Todo lo que es considerado como una toma de poder inconstitucional es un golpe para la democracia. Es una mala noticia para el sureste asiático”, manifestó.