Colombo. afp. Un ataque con bomba dirigido contra el embajador pakistaní en Sri Lanka dejó al menos siete muertos, mientras que los rebeldes Tigres de Liberación de Eelam Tamil denunciaron la muerte de 61 niñas huérfanas en bombardeos del ejército.
Las autoridades de Sri Lanka decretaron el cierre indefinido de todas las escuelas del país por temor a represalias por el bombardeo del orfanato, anunció un responsable gubernamental
Las escuelas del país suspendieron lecciones de inmediato por miedo a que los rebeldes respondan a ese ataque.
El gobierno reaccionó a las denuncias sobre la muerte de las escolares, horas después de que responsables militares confirmaran que había operaciones aéreas para apoyar acciones terrestres destinadas, según ellos, a contener un avance de los guerrilleros en Jafna.
"Es una mentira decir que los escolares eran el objetivo", declaró un portavoz del gobierno, quien aseguró que la aviación bombardeó un centro de entrenamiento de los tamiles.
Los Tigres comunicaron en un boletín que las niñas participaban en un coloquio sobre cuidados médicos cuando se dio la explosión.
Poco antes, el portal Tamilnet.com también acusó a las fuerzas de seguridad de haber provocado, el domingo, la muerte de al menos 15 personas refugiadas en una iglesia al norte de la isla.
"Al menos 15 personas murieron y 20 quedaron gravemente heridas por cohetes disparados desde la base militar de Palaly y que alcanzaron la iglesia Saint Philip Mary el domingo en la mañana", indicó el portal.
La iglesia está situada en los islotes de Kayts cerca de Jafna, teatro de intensos combates desde hace tres días.
En Colombo, el embajador paquistaní en Sri Lanka, Bashir Wali Mohamed, escapó por poco al atentado con bomba , indicó una fuente diplomática y policial.
Pakistán es el principal suministrador de armas de Sri Lanka.
La explosión ocurrió en momentos en que el noreste del país es escenario de violentos combates entre ejército y rebeldes tamiles desde hace tres semanas.
Las hostilidades se intensificaron el 26 de julio, día en que se produjeron los primeros combates por el control de un canal de riego que, según Colombo, fue bloqueado por los Tigres y dejó sin agua a 15.000 familias.
Más de 1.400 personas han muerto en la nueva ola de violencia en la isla.